El sector de las telecomunicaciones ha experimentado muchos cambios en esta última década. Según un análisis de Ericsson basado en diferentes fuentes, si en el año 2000 Internet y el correo electrónico despertaban tímidamente en la sociedad (sólo había 360 millones de usuarios online) y cerca de 720 millones de personas poseían un teléfono móvil, en 2010 la realidad es muy distinta: los usuarios de móviles ya alcanzan los 4,6 billones en el mundo (750 millones sólo en China) y se ha popularizado el uso la web y de servicios como YouTube (con más de 15 horas de vídeos descargadas cada minuto) o redes sociales como Facebook (que fundada en 2004 ya cuenta con más de 350 millones de miembros) o Twitter. Y es que, según la Internet World Stats y la International Telecommunication Union, un cuarto de la población del planeta ya está presente en la Red, lo que explica que la velocidad de las conexiones se haya disparado, realizándose a 100 Mbps en algunos países, o que el principal buscador, Google, disponga de 1 trillón de sites indexados.
El avance imparable de las TIC en este decenio se manifiesta en datos como las 13 millones de páginas en más de 200 idiomas de la Wikipedia, una enciclopedia online que se lanzó en 2001. O en el hecho de que los americanos tengan acceso a 65.000 aplicaciones para iPhone o 10.500 estaciones de radio. Así como que en los últimos cinco años más de 30 millones de personas leen periódicos únicamente a través de Internet.
Futuro prometedor
Si en esta década las telecomunicaciones han modificado la manera de comunicarnos, trabajar y divertirnos, en los años venideros las TIC seguirán dominando nuestras vidas. Ahora el consumidor es cada vez más joven y el acceso a Internet es posible desde multitud de dispositivos, lo que hace aventurar que el usuario del futuro buscará conexión desde cualquier equipo, en todo momento y lugar. No en vano, el tráfico móvil se dobla cada año (soportará mil veces más tráfico que en la década precedente).
Por otra parte, de acuerdo con el informe de Ericsson, este sector se convertirá en un aliado contra la pobreza y el cambio climático, por las enormes posibilidades que ofrece: menor consumo energético, reducciones de las emisiones de CO2, entre otras. Y dado el despegue brutal que se augura para los próximos años, esta industria deberá transformar el mundo del networking y desarrollar nuevos modelos de negocio.