Con el fin de paralizar el rápido incremento de contagios de la variante covid de Omicron que se está extendiendo rápidamente por China, el gobierno del país asiático ha decretado un duro confinamiento en Shenzhen que se extenderá desde el 13 al 20 de marzo y que obligará a cerrar todas las fábricas. Esta decisión viene después de que se detectara un incremento exponencial de casos en algunos de los grandes núcleos de población de China, encabezados por Hong Kong y Shenzhen.
Entre las empresas afectadas por esta decisión se encuentra la compañía taiwanesa GIS, que concentra el 30% de su producción en Shenzhen. La firma ya ha anunciado que planea adoptar horarios de trabajo más flexibles en sus plantas de Chengdu y Wuxi, ambas en China para intentar paliar las consecuencias del cierre en la planta de Shenzhen.
Las plantas de Foxconn en Shenzhen también estarán cerradas y esperarán la notificación del gobierno local cuando la producción pueda reanudarse. Dado que Foxconn ya ha preparado varias plantas de respaldo, la compañía ha comenzado a transferir pedidos a esas fábricas para intentar minimizar en lo posible el impacto del cierre.
El bloqueo no tendrá grandes consecuencias sobre la fabricación y ensamblaje de componentes para ordenadores portátiles porque la mayoría de las plantas de producción están en el este de China o Chongqing así que es poco probable que haya problemas de suministro a corto plazo.
Sin embargo, Shenzhen es un puerto importante para los envíos de portátiles y podría ocasionar más problemas sobre el sistema logístico global actual que ya está experimentando serios retrasos.