El coronavirus está dejando de ser sólo una emergencia sanitaria, y se empieza a convertirse en un problema económico de primer nivel. Sectores como el transporte o el turismo han sido los primeros en experimentar caídas, pero no van a ser los únicos. El sector informático está muy expuesto al virus, toda vez que la mayor parte de los equipos que se comercializan en todo el mundo salen de fábricas chinas y se ensamblan con componentes que en muchos casos también se fabrican en el país asiático o alrededores.
Hace unos días, la publicación taiwanesa Digitimes avisaba de que en el primer trimestre las ventas de portátiles en todo el mundo previsiblemente se resentirán de forma significativa. Ahora, la misma publicación advierte de que si la epidemia no se empieza a controlar y reducir a finales de marzo, el negocio de los servidores también va a sufrir seriamente por carencias en el suministro de componentes. Este negocio se mantiene por el momento porque los fabricantes hicieron acopio de inventario antes del año nuevo Chino, que se celebró a principios de febrero y que fue cuando la enfermedad se desató definitivamente.
El problema ahora es que algunos componentes químicos y pasivos de los servidores tienen su origen en las instalaciones de pequeños proveedores chinos que ya tienen problemas de producción debido a la falta de mano de obra por las cuarentenas. Según Digitimes, si la enfermedad no se controla en el plazo de un mes, las entregas de servidores caerán más de un 10% en el primer trimestre del año, en comparación con el último del año 2019.
Pero las bajadas no se limitarán a portátiles y servidores. Digitimes advierte de que si el virus sigue haciendo de las suyas, otro mercado que sufrirá será el de monitores de PC. En concreto, las ventas de estos sistemas podrían bajar un 15% en el primer trimestre del año.
