Intel ha decidido dejar de fabricar placas base para ordenador. Después de 20 años el proveedor de microchips abandonará de forma paulatina, durante los próximos tres años, de su negocio de placas base. La compañía no ha especificado cuánto trabajadores se verán afectados por esta decisión.
Intel está inmerso en una batalla por hacerse un hueco relevante en el mercado de los chips para dispositivos móviles, como los teléfonos inteligentes. El fabricante cuenta con una posición de liderazgo en segmentos de mercado más tradicionales, como el del PC o los servidores, pero las nuevas generaciones de dispositivos se le resisten.
El fin del desarrollo de placas base coincide con la cuarta generación de procesadores Core, Haswell, que se lanzarán en verano. De momento, Intel ha garantizado el soporte para todos los productos vendidos y cumplirá con los periodos de garantía.
