Después de varios años sin poder abrir el año de forma presencial con los periodistas, Intel ha vuelto a organizar su tradicional desayuno con roscón de Reyes. En esta cita, el fabricante de procesadores ha aprovechado para avanzar sus prioridades estratégicas y valorar la situación del mercado tecnológico.
Norberto Mateos, responsable de la filial en España de Intel, reconoció ante medio centenar de periodistas que el 2022 ha sido “complicado” desde el punto de vista macroeconómico, aunque para su compañía, que está a punto de anunciar resultados corporativos, el año ha sido “interesante”.
Es el primer ejercicio completo de Intel con Pat Gelsinger al frente, el directivo que dado un giro de 180 grados a la compañía al poner a disposición de terceros sus fábricas con el fin de ganar escalabilidad y tener así un mayor colchón financiero para abordar las caras inversiones que exige este sector. Y también ha sido el año del lanzamiento de la 13ª generación de procesadores para portátiles y equipos de sobremesa.
Mateos, que estuvo acompañado en su presentación por Javier Galiana, responsable de consumo de Intel en EMEA, consideró que la demanda de procesadores está asegurada porque cada vez “hay más cosas que computan”, todos los dispositivos empiezan a estar conectados, la nube cada vez se acerca más al usuario (es lo que él denominó “cloud hasta el edge”), y la inteligencia artificial cada vez soporta más procesos.
Norberto Mateos avanzó que en 2025 su compañía quiere ser líder del mercado en rendimiento por vatio
En todo caso, Mateos y Galiana admitieron que el mercado de PC pasa por dificultades y que para este año, y en el mejor escenario esperable, se prevé una caída de un dígito en equipos de consumo y también un descenso de la demanda de las pymes, debido a la incertidumbre económica y a variables como la inflación.
Objetivos de Intel a medio plazo
Norberto Mateos avanzó que en 2025 su compañía quiere ser líder del mercado en rendimiento por vatio. Y también dijo que Intel seguirá trabajando para tener plataformas seguras y procesos de fabricación “sostenibles y escalables”. En este sentido, aseguró que sigue abierta la comunicación con el Gobierno español, que ha movilizado más de 12.000 millones de euros en un PERTE para atraer fabricantes de chips. Aunque desde marzo del año pasado se sabe que la nueva megafactoría de Intel en Europa estará ubicada en Alemania, concretamente en Magdeburgo.
Asimismo, Mateos recordó que la compañía tiene altas expectativas sobre la cuarta generación de procesadores Intel Xeon, lanzada estos días al mercado y que, como novedad, incorpora aceleradores pensados para sacar adelante cargas de trabajo determinadas, como las de la inteligencia artificial. En el ámbito de los servidores, Mateos admitió que hay problemas de suministro, pero relacionados con la dificultad para encontrar los componentes asociados a las comunicaciones de esas máquinas.