Intel está decidida a mantener su posición de liderazgo como empresa dominante en el terreno de los semiconductores frente a Samsung y TSMC y acaba de dar un golpe de efecto anunciando una inversión de 25.000 millones de dólares para la renovación de su planta de fabricación de chips en Israel.
La inversión también se queda cerca de ser el mayor desembolso de Intel fuera de Estados Unidos, solo por detrás de los 30.000 millones de euros que invertirá en Alemania para construir tres plantas de semiconductores.
El acuerdo para la ampliación de las instalaciones de Kiryat Gat contempla una aportación pública de 3.200 millones de dólares (2.904 millones de euros) en forma de una subvención del Gobierno israelí.
Con más de 10.000 empleados en el territorio, Intel mantiene abiertos cuatro centros de desarrollo en Israel, así como un centro de servicios de soporte a la fabricación. Alrededor del 60% de los empleados de Intel Israel se dedican a actividades de investigación y el desarrollo, mientras que la mitad está dedicada a la fabricación de microprocesadores que alimentan los dispositivos informáticos del mundo.