Aunque la pandemia ha golpeado con dureza el negocio de impresión por el cierre de las oficinas, un informe de Quocirca publicado a finales del pasado año confirmaba que la impresión seguía siendo muy valorada para el 50% de las organizaciones. Además, el 37% de los encuestados aseguraba que los servicios gestionados de impresión seguían siendo clave para la transformación digital. De hecho, 8 de cada 10 empresas planeaba aumentar su gasto en servicios gestionados de impresión. Según la consultora, a finales de 2019, el 79% de las organizaciones anticipaba un aumento del gasto en servicios gestionados de impresión para los siguientes doce meses, lo que hizo que la oferta disponible creciera con más fabricantes y distribuidores ofreciendo estos servicios.
En contrapartida, el 45% de los distribuidores confirmaba que los volúmenes de impresión de los clientes habían disminuido y la mitad notificaba que sus ingresos habían descendido, lo que representa todo un desafío a la hora de buscar nuevos escenarios para la generación de ingresos por parte de los partners de canal. Recordemos además que mayoristas como DBP, no pudieron hacer frente al embate de la pandemia y se vieron abocados al cierre pocos meses después del estallido de la pandemia.
La coyuntura actual también posibilita que las empresas puedan beneficiarse de los servicios gestionados dado que las oficinas requieren de equipos más pequeños y próximos a las personas, evitando aglomeraciones de trabajadores en un mismo lugar, como en un córner de impresión, según un análisis del mayorista TPS. Esto ha generado que haya una mayor oferta de equipos y contratos de servicios gestionados de impresión adaptados a estas necesidades.
“Bajo mi punto de vista, el mercado se servicios de impresión se recuperará en cuanto la pandemia permita volver a la normalidad. Sí que es cierto que el teletrabajo ha venido para quedarse, y esto puede implicar una ligera caída en el volumen de impresión, pero también generará un nuevo nicho de negocio aún sin explorar: la oficina en casa, que es un vertical con mucho potencial”, explica al respecto Jorge Álvarez, director general del mayorista TPS.
Según se apunta desde TPS, durante la pandemia y el confinamiento el negocio de impresión siguió muy activo especialmente en los sectores críticos, como el sanitario o la banca. También se experimentó un incremento de las demandas de servicios de impresión de grandes y pequeños comercios, así como de oficinas y empresas de todo el país que necesitaban imprimir cartelería para informar a sus clientes sobre normativas covid. No obstante, en otros sectores, como el educativo, que generaba un importante volumen de negocio para el canal y fabricantes de impresión, la impresión practicamente se paralizó por el cierre de los centros educativos y el menor ritmo de impresión de documentos con el inicio del nuevo curso.