Las rebajas fiscales a las grandes corporaciones aprobadas por la administración de Donald Trump, que tienen como objetivo facilitar la repatriación de beneficios y por tanto subir la recaudación de impuestos en EEUU, también han tenido impacto en las cuentas de Lenovo. Y es que el fabricante de PC y servidores reportó en el tercer trimestre de su año fiscal, que culminó el pasado 31 de diciembre, unas pérdidas de 289 millones de dólares. En el mismo periodo del ejercicio anterior, Lenovo reportó ganancias de casi 100 millones de dólares. El fabricante reconoce que tuvo que afrontar cargas de 400 millones por los cambios impositivos en suelo estadounidense.
Sin embargo, las ventas totales de Lenovo en el trimestre se elevaron un 6,3%, hasta los 12.900 millones de dólares. El margen bruto de la compañía se situó en 1.750 millones de dólares (13,5%) y el margen operativo llegó a los 204 millones, un 38% más.
Por negocios, el de PC y smart devices creció un 7,6%. Lenovo sobre todo lo hizo bien en Latinoamérica, y, más concretamente, en Brasil. Más aún avanzó el fabricante chino en el ámbito del datacenter. Lenovo comercializó servidores y tecnologías para el centro de datos por valor de 1.200 millones de dólares, un 16,7% más que en el mismo periodo del año anterior. En este mercado, Lenovo creció por encima del 10% en todos las áreas geográficas.
Venta de teléfonos a la baja
La otra cara de la moneda fue para el negocio de movilidad. Ahí, los ingresos de cayeron un 5% en términos interanuales, debido sobre todo a la dureza competitiva de su mercado de origen, el chino. En número de teléfonos puestos en el mercado, la caída fue del 18% con respecto al mismo periodo del año anterior. En total, Lenovo generó por la venta de sus smartphones con marca Lenovo y Moto 2.100 millones de dólares. Para compensar la caída en Asia, Lenovo fue capaz de crecer en Latinoamérica un 37%, y en Europa occidental, un 23%.
