SPC, fabricante vasco de tablets, wearables o teléfonos fijos e inalámbricos, ha cerrado su año fiscal, culminado el 30 de septiembre, con una cifra de negocio de 27,4 millones de euros, frente a los 19,9 millones del año anterior, lo que supone un crecimiento del 37%. Además, para 2017 la compañía que dirige José San Emeterio no se quiere quedar atrás y prevé un avance del 17% de su cifra de facturación. La cifra final de negocio en 2016 es superior a la esperada por la compañía en primera instancia. Y es que en mayo, San Emeterio calculaba que las ventas rondarían en este ejercicio los 25 millones de euros.
SPC presume de estar entre “las cuatro primeras firmas de tablets más vendidos en el país” y de que, “a pesar de la caída mensual del mercado”, ha ganado en cuota y en unidades. Según la firma, actualmente cuenta con un 9% de cuota en tablets (sell-in). La apuesta por dispositivos económicos y de alto rendimiento han permitido que dos de sus dispositivos –SPC Glee 10.1 de 16 GB y SPC Glee 7– se posicionen en el ranking de las 10 tablets más vendidas.
SPC hace casi todo su negocio en España, salvo por una mínima parte que factura en Portugal. Por eso la expansión internacional es una de sus asignaturas pendientes. José San Emeterio recuerda que hace unos años la compañía hizo sus pinitos en el mercado mexicano, pero finalmente abandonó. Ahora mira a Europa, y se ha fijado un plazo de cinco años para entrar en el continente. La compañía es prima hermana del fabricante de móviles Wiko, con quien comparte accionistas. En todo caso, el director general de SPC asegura que son entidades legales complemente diferentes e independientes y sólo comparten ciertos servicios generales al estar ubicadas en el mismo edificio. Hay que recordar que Wiko es una joint-venture de inversores españoles y chinos.