“La actividad estas semanas es frenética. Parece que estamos en Black Friday. Incluso ha habido días en que hemos facturado más que en Black Friday”. Lo cuenta Agustín Sánchez, el director general del mayorista Depau, con sede en Cartagena. Depau, que el año pasado facturó 157 millones de euros y emplea a más de 150 personas, no da abasto estos días para servir portátiles, webcams, impresoras o pequeños electrodomésticos como cortadoras de pelo. Es la cara positiva de una crisis sanitaria que está pasando factura en términos económicos a muchos sectores y empresas de este país.
De todas maneras, hay nubarrones en horizonte para empresas como Depau y para buena parte del canal de distribución que desde mediados de marzo atiende el pico de demanda de tecnologías para el teletrabajo. Y es la escasez de suministro, un problema mundial en estos momentos. “Estamos teniendo muchos problemas de escasez de material. Se acabaron las impresoras, las webcams y los portátiles, sobre todo los modelos de gamas bajas y medias. Además, los fabricantes tampoco tienen mucho material”, reconoce Agustín Sánchez.