Poco a poco el mayorista madrileño DMI se consolida entre los 10 primeros del ranking nacional por volumen de facturación. En 2016 la compañía dio el salto definitivo. DMI dejó sus antiguas instalaciones, que se le quedaban pequeñas, y compró un almacén robotizado perteneciente a Trasportes Ochoa, que en su momento fue uno de los mayores operadores de paquetería del mercado nacional y que había quebrado. Como consecuencia, en 2017, la firma que dirige Emilio Sánchez-Clemente llegó a facturar 112 millones de euros, casi un 25% más que el año anterior. Ahora, DMI avanza a ritmo más tranquilo. El pasado año lo acabó con un 3% más de ingresos.
Sánchez Clemente asegura ahora que en 2019 el equipo de DMI está “muy activo” y el ejercicio ha empezado con una línea de crecimiento por encima del doble dígito. “Estamos invirtiendo esfuerzos y recursos para mejorar el portfolio, como movilidad, conectividad o printing”. Además, DMI, tradicionalmente centrado en la venta de informática de consumo, sigue potenciando su negocio profesional a través de DMI Pro, que ya supone un 11% del negocio total de la compañía y que deberá tener más peso en el futuro con la entrada de nuevos fabricantes y con el incremento de su canal certificado, donde por el momento cuenta con más de 100 clientes. “Con este tipo de certificaciones orientadas a mejorar las capacidades de gestión en entornos empresariales, nuestros clientes se convierten en prescriptores de esta división Pro”, explica Sánchez-Clemente.
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Apuesta por la telefonía
Otra de las líneas que van a tirar del negocio de DMI en 2019 será la de los smartphones libres, el producto estrella del canal informático en los últimos años. “Queremos ofrecer a nuestros clientes una mayor variedad de producto y precios. En telefonía hemos tenido un aumento de negocio del 18% aproximadamente. Las marcas que comercializamos en la actualidad son Xiaomi, Neffos (TP-Link) Archos y Samsung”.
Además, DMI todavía tiene margen en el apartado logístico, puesto que muchas de las posibilidades del inmenso almacén de San Fernando de Henares (Madrid), adquirido en 2016, todavía no están explotadas. El directivo explica que su equipo inicia ahora la puesta en marcha de su sistema de preparación de pedidos integrado con un carrusel automático. “Este proceso quedará totalmente implementado a lo largo del año y nos va a permitir tener una capacidad de preparación de hasta 1.000 líneas por hora”. Además, Sánchez-Clemente recuerda que a lo largo de 2018 el mayorista optimizó el silo automático, que permite mover sin intervención humana hasta 12.000 palés. “Hemos eliminado las estanterías fijas, con lo que tenemos toda la mercancía dentro del silo automatizado”.
Problemas de abastecimiento
DMI es una compañía que vende sobremesas, portátiles y servidores de las primeras marcas, y que comercializa también sobremesas de la marca propia Differo, y Sánchez-Clemente reconoce que se ha encontrado con problemas en el stock de procesadores de Intel en los últimos meses. “Creo que todos en este sector hemos tenido la misma problemática. En el cuarto trimestre hemos tenido una falta de productos en algunas líneas que no nos ha permitido cubrir las necesidades de los clientes. En portátiles los fabricantes ya habían realizado su aprovisionamiento y no ha habido escasez a lo largo del 2018, pero pueden verse afectados en el primer trimestre del año”. Sánchez-Clemente admite, además, que, aunque sigue recibiendo procesadores, tiene noticias de que en los próximos meses habrá escasez en ciertos de modelos de CPU.