Fotografía digital

En 2003 se vendieron en España más de 1,2 millones de cámaras digitales y la cifra sigue creciendo. Estamos ante un jugoso negocio que maneja márgenes por encima del doble de los habituales en TI. El canal tiene mucho que decir.

Publicado el 15 Jul 2004

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En 2003 se logró un hito histórico en la trayectoria de la fotografía: por primera vez en nuestro país las cámaras digitales superaron en ventas a las analógicas. Según IDC, España se sitúa en la quinta posición del ranking de países europeos donde más cámaras digitales se venden. Y es que en 2003 se comercializaron dentro de nuestras fronteras más de un millón doscientas mil unidades. Con estas cifras en la mano hay que tener presente que, hoy por hoy menos de una de cada diez cámaras del parque total es digital, por lo que el potencial de crecimiento del sector es muy importante aún. Además, por ahora, el grueso de estas ventas se ha producido entre los usuarios domésticos. En consecuencia, el mercado profesional de cámaras digitales parece no haber despegado aún, aunque compañías como Canon, Nikon y Olympus están comenzando a dar los primeros pasos para que esta tendencia cambie.
Lo cierto es que los datos de España en este sentido son realmente llamativos, pues aunque a nivel mundial se comercializaron un total de 50 millones de aparatos digitales, éstas aún no superan el número de analógicas, que fueron 57. Sin embargo, este año todo apunta a que se produzca el relevo entre digitales y analógicas en todo el planeta. Según Infotrends Research Group, se venderán 53 millones de cámaras digitales en 2004, para continuar su ascenso hasta 82 millones en 2008. Para este ejercicio, la consultora GfK estima que se venderán un total de 2, 1 millones de cámaras digitales en nuestro país.
Tan jugoso parece ser el pastel de la fotografía digital que en él han coincidido compañías que hasta el momento trabajaban en nichos de mercado muy distintos. Así, los fabricantes de electrónica de consumo e informática acaban de aterrizar. Por su parte, las firmas especialistas en fotografía analógica han debido adaptarse a la nueva tecnología para no perder el carro de un negocio que lleva camino de acabar con la tradicional. Esta fusión de perfiles entre los fabricantes ha traído consigo una mezcla entre los canales que utilizan como vía de comercialización de sus productos. Así, este tipo de dispositivos ya no se encuentra únicamente en las tiendas de fotos, sino que el canal informático lo ha abordado con fuerza, mientras que también las grandes superficies, el tercero en discordia, representan una importante vía de venta de cámaras digitales. Además, poco a poco también se va introduciendo el segmento de la electrónica de consumo. Muchos jugadores para sacar tajada del mismo negocio. Todos los fabricantes tienen claro que la clave del éxito reside en estar presente en todos y cada uno de los canales. Según algunas fuentes, los partners informáticos tan sólo manejan el 10 por ciento de las ventas y aún se siguen moviendo la mayoría en el canal tradicional de fotografía digital. Además existe ya una cierta especialización entre ellos y las ventas de cámaras de más baja gama se producen principalmente en los grandes retailers e incluso las grandes superficies, mientras que las cámaras para usuarios más avezados se venden principalmente en los puntos de venta de fotografía.
Según datos de Alimarket, Canon vendió el 47,2 por ciento de sus cámaras en tiendas especializadas en fotografía. En el caso de Fujifilm, movió el 41,9 por ciento de sus ventas y Nikon, el 45,7 por ciento. Caso contrario es el de compañías como HP, que vende un 40,1 por ciento en grandes almacenes y un 8,5 por ciento en tiendas de electrodomésticos. De hecho, Mónica Martín, jefa de producto de fotografía digital de HP en España, explica que en el canal de fotografía, HP tan sólo lleva un año, pero ya cuenta en él con cuotas del 3,7 por ciento, “nuestra apuesta es seguir penetrando en este canal, porque su peso es muy importante. De todos modos, la estructura de venta de cámaras digitales de HP está muy basada en grandes retailers, así como en electrónica de consumo, grandes superficies y otras especializadas en informática”, concluye Mónica Martín.
Sony, por citar otro ejemplo, destaca por la poca diferencia que hay entre sus canales, ya que el 34,5 por ciento de sus cámaras se vendieron en tiendas de electrodomésticos; un 23,4 por ciento, en grandes almacenes; un 21,1 por ciento, en el canal de fotos; otro 16,4 por ciento, en grandes cadenas especializadas; y el 4,6 por ciento restante, en tiendas de informática. Por su posicionamiento en el mercado con cámaras de gama baja- y por trayectoria en el mundo de las TI, los productos de Rainbow se comercializan en un 95 por ciento en el canal de tecnología.
En definitiva, cada empresa hace especial foco en los canales que conoce y en los que cuenta con cierto prestigio. Partiendo de ellos, intentan penetrar en el resto para expandirse y llegar a otros consumidores, aunque actualmente el que más se está desarrollando es el de electrodomésticos.
El de la rentabilidad es uno de los principales argumentos de venta para los distribuidores de TI que se animan a introducirse en este nuevo negocio que, además, es complementario del suyo tradicional. Además, los partners más puramente informáticos cuentan con un factor a su favor, la experiencia de trabajar con productos en constante evolución y renovación, algo que llega a desconcertar a los de fotografía, acostumbrados a productos con mayores ciclos de vida.
Hasta ahora los usuarios escogían sus dispositivos de acuerdo a los megapíxeles que podían ofrecerle, pero, superada la barrera de los 6 MP, hay que valorar otros factores. De hecho, el crecimiento desmesurado de esta variable -los megapíxeles- está provocado por el desconocimiento de muchos consumidores, para quienes era el único en 2003 baremo de calidad. Como reflejo de este “fenómeno”, las cámaras que más se vendieron fueron las que ofrecían entre 3 y 4 MP, con un 39 por ciento del mercado. “Hasta ahora, los megapíxeles eran prácticamente el único argumento a la hora de comparar cámaras. Pero la rapidez de disparo, las pantallas de mayor tamaño y resolución, la calidad de las ópticas, la grabación de vídeo de calidad o autonomía, son factores diferenciales que cada vez se empiezan a tener más en cuenta a la hora de tomar la decisión de compra”, explica Albert Gràcia, responsable de fotografía digital de Sony.
Si un problema ha tenido la fotografía digital desde sus inicios ha sido el de la impresión de las imágenes capturadas por las cámaras. Conscientes de ello, la mayoría de los fabricantes están tomando posiciones para solventarlo problema y de paso, engrosar sus cuentas de resultados con un negocio paralelo. Sin embargo, queda mucho negocio por explotar, pues según HP, tan sólo un 9 por ciento de los hogares españoles cuentan con impresoras para fotos.
En los últimos meses también se está produciendo otro movimiento dentro del mercado de cámaras digitales: el crecimiento de las réflex digitales por encima del global del negocio. De hecho, según la consultora GfK, la venta de este tipo de cámaras se ha multiplicado por cinco en el periodo de octubre a noviembre de 2003 con el mismo periodo de 2002 en 11 países europeos.
A este crecimiento ha contribuido el hecho de que este tipo de cámaras aúne sus características profesionales y un precio que ronda los 1.200 euros, lejos de los 6.000 de hasta hace muy poco en la línea estrictamente profesional. Es el caso de la Canon EOS 300D. Fue un golpe de efecto que supuso un punto de inflexión hacia la conversión digital definitiva del mercado réflex, abriendo un segmento que se espera tenga un fuerte desarrollo en los próximos años. Nikon ya ha respondido al ataque, presentando la D70. Sus precios siguen siendo mucho más altos que los de una analógica de similares características, pero las capacidades son mucho mayores. Otras firmas se han introducido en este mercado, pero destacan sobre todo las propuestas de Pentax y Olympus, que se sitúan por encima en precio, en torno a 1.500 y 1.700 euros, algo elevado para los aficionados medios. Para Jordi Buireu, de Santa Bárbara, “las cámaras réflex van dirigidas a un público que demanda altas prestaciones y podríamos catalogar de usuario entusiasta a semiprofesional”.

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