El pasado año fue atípico para Ingram Micro en España. La sustitución de Jaime Soler por Dominique Meyer en la dirección general desencadenó una profunda reforma interna con el objetivo de sanear los procedimientos, así como de mejorar y aumentar a productividad general de la plantilla y afrontar con garantías la probable recuperación del sector en 2004. Desde el pasado verano nuestro backoffice es excelente y hace que seamos capaces de ofrecer mayor flexibilidad y ampliar la gama de servicios que ofrecemos a nuestros clientes. En definitiva, que ahora disponemos de las herramientas necesarias para elevar nuestras ventas, indica Meyer. Estas transformaciones han afectado sobre todo a los cobros y la gestión de deudas, que quedan integradas en un sólo departamento, el Debit Desk. Al ser más eficiente, logramos ofrecer un mejor servicio al cliente, pues somos más rápidos en atender las operaciones especiales u OPG, y, como cobramos antes, también estamos en condiciones de dar el dinero antes al canal, indica Jaime Soler, subdirector de la compañía.
No obstante, los problemas de rentabilidad llevaron a la compañía a abandonar el la atención a los distribuidores corporativos en el verano de 2002. No éramos capaces de gestionar eficientemente nuestra deuda con los fabricantes, indica Soler. Esta interrupción ha pasado factura en los resultados. Aunque Meyer eludía en la entrevista dar cifras por no haber cerrado todavía la contabilidad del año, dejaba caer que la facturación estaría al mismo nivel que en 2002, cuando rozó los 450 millones de euros, según el semanario Computing. En opinión de Meyer, es difícil hacer comparaciones entre 2002 y 2003, ya que, durante el primer semestre de 2003 registramos una caída por nuestra salida del mercado corporativo, mientras que en el mismo periodo de 2002 estábamos en él. La subida en otros segmentos, como el de componentes o hardware [el primero creció un 50 por ciento el pasado ejercicio, mientras que el segundo lo hizo por encima del 10], unida al buen efecto que sobre las ventas de noviembre y diciembre ha tenido la mejora del backoffice , parece que compensará, según Meyer, el resultado para dejarlo a la altura de 2002.
En estos dos últimos años también están siendo muy significativas las reducciones de plantilla en el canal, aunque, eso sí, de manera silenciosa. El mes pasado Tech Data, el rival por antonomasia de Ingram, reconocía en estas páginas que a pesar de contar con la mitad de personal que en 2001, sigue engrosando sus cifras de ventas, con lo que la productividad por empleado se ha doblado. Sobre este tema Jaime Soler es implacable: El punto de partida no es comparable. La productividad de Tech Data era muy inferior a la nuestra en 2001 debido a que tenían casi el doble plantilla, pero una facturación similar. Nosotros los deberes los teníamos hechos ya. Sobre la evolución de las empresas asociadas Areté (sistemas y almacenamiento) y Albora (netwoking e Internet), Meyer sólo tuvo buenas palabras: Ha sido una idea excelente desde el punto de vista de resultados, pero no hay planes para exportar ese modelo a otros mercados, indicaba.
Por último, Meyer habló de 2004 con moderado optimismo. Se generarán una serie de oportunidades y creemos que será un año positivo para nuestra empresa donde podremos crecer más del 10 por ciento.
De las cosas que más ha potenciado Ingram Micro son sus brazos de comercio electrónico, algo en lo que sus directivos insisten una y otra vez. Así, el mayorista ha adoptado el XML como estándar de comunicación y ha puesto en marcha de servicios on line de gestión de RMA, acceso y disponibilidad de stocks, etc. Al mismo tiempo la empresa ha desarrollado una completa gama de servicios pensados para ofrecer mayor flexibilidad e información al cliente, entre los que se incluyen configuradores de productos (IBM y Kensington, por ejemplo) o de licencias (por el momento ofrece de esta manera las de Microsoft). Aunque en 2003 el porcentaje de pedidos procedentes de Internet se incrementó notablemente, todavía está un poco por debajo de la media europea. No obstante, confiamos en que en 2004 nos pongamos a esa altura, indica Meyer, quien de nuevo rehusa dar datos concretos, aunque admite que, de media, el 50 por ciento de los pedidos ya se realiza on line en toda Europa.