A pesar de las incertidumbres, Jaime Soler, el máximo directivo de Ingram en España se muestra optimista ante el presente ejercicio porque considera que las empresas continuarán avanzando en su proceso de transformación digital y los partners se beneficiarán de ese reto. “El trabajo híbrido, que ha venido para quedarse, requiere inversiones en software, seguridad, comunicaciones unificadas, infraestructura o migración a la nube y eso va a seguir dando negocio a los partners”. Con 9.000 clientes en España, las ventas a la pyme ya suponen dos terceras partes de su facturación, por eso ofrecer soluciones financieras a medida constituye uno de sus grandes objetivos.
Ante la inminente llegada de los fondos UE, la compañía puso en marcha una estrategia dirigida a conocer más a fondo las necesidades de sus partners SMB a los que han dotado de mayor conocimiento en sus soluciones especializadas. Aunque el valor ya está por encima del 27% de promedio del mercado, el objetivo de Ingram es alcanzar el mismo porcentaje que ya representa el negocio de volumen, 40% del total, con el objetivo de que ambos negocios se comercialicen como soluciones y no como transacciones.
Con 9.000 clientes en España, las ventas a la pyme ya suponen dos terceras partes de su facturación, por eso ofrecer soluciones financieras a medida constituye uno de sus grandes objetivos.
Jaime Soler también asegura que la decidida apuesta de Ingram por la nube ha implicado hacer una gran inversión previa, promover adquisiciones estratégicas importantes y destinar ingentes recursos para formar y certificar a más de 300 profesionales especializados.
En opinión de Soler, la pandemia ha retrasado un poco el despliegue del negocio DaaS porque los clientes han continuado apostando por la propiedad frente al servicio. Sin embargo, ahora ya han comenzado a despegar cada vez más estos proyectos que irán ganando peso poco a poco. “La venta de un dispositivo como servicio ofrece mucha flexibilidad a las empresas, sobre todo en un mundo donde hay mucha volatilidad y con proyectos complejos”.
Durante la pandemia Ingram ofreció extensiones en los plazos de pago porque consideraron que “era su obligación” ayudar a sus clientes. En este sentido, uno de los pilares de su programa SMB consiste en ofrecer a sus partners un límite de crédito de 20.000 euros con plazos de pago de 30 días, “lo que les ofrece una fortaleza adecuada para poder tener un negocio recurrente”. Además, también están atendiendo las necesidades de otros partners que están abordando grandes proyectos y necesitan contar con financiación a más largo plazo. “A veces estos partners precisan tener financiación durante dos o tres años, y no solo durante 90 días”. Por esta razón, Soler considera que Ingram es el mayorista que más soluciones financieras está ofreciendo con más de cien proyectos basados en ese diseño.
