Ingram Micro Norteamérica está planeando despedir a 550 empleados de esta región como consecuencia de la puesta en marcha de un plan de reestructuración y optimización que la compañía va a llevar a cabo para obtener una mejora en el servicio y consolidar operaciones de negocio selectas. Tras la aplicación del plan de regulación de empleo, el primer mayorista mundial tiene previsto ofrecer menos servicios para sus clientes. Para la puesta en marcha de esta iniciativa Ingram espera contar con la ayuda de un fabricante de los dos con los que está negociando.
El presidente de Ingram Micro Norteamérica, Keith Bradley, espera que con estas medidas se consiga un crecimiento continuado en las ventas de la compañía. Además, la compañía prevé que los ahorros generados por el plan sean de aproximadamente 10 millones de dólares en 2005. Los costes totales de las acciones se estiman en 26 millones de dólares, de los que aproximadamente 5,5 millones de dólares fueron incurridos en el primer trimestre de 2005.