José Ángel Sánchez es el director de marketing de Depau, uno de los primeros mayoristas de capital nacional del mercado. La firma de Cartagena se benefició en su momento del consumo desbocado de tecnología que propoció la pandemia de la Covid-19, cuando millones de empleados y familias tuvieron que pertecharse de tecnología para hacer teletrabajo y dar clases online. Sin embargo, ahora se prepara para tiempos duros de inflación en los que la tecnología ha dejado de ser una prioridad en los presupuestos domésticos. Así valora Sánchez el estado del negocio y las perspectivas para los próximos meses.
¿Cómo han evolucionado las ventas en lo que va de año? Según datos de Gfk, en los últimos meses la caída de los ingresos del canal mayorista en España (sobre todo abril y mayo) ha sido significativa. También sufren las dos líneas de negocio que más facturación reportan: móviles y portátiles.
El alza de los precios en otros sectores, las malas previsiones económicas y el auge del turismo ha hecho que muchos consumidores prioricen la adquisición de otros productos antes que los tecnológicos. Más aun cuando venimos de un periodo en el que estos dispositivos se han visto ampliamente renovados con motivo del teletrabajo o las clases online. Afortunadamente todo esto sólo ha provocado una reducción del 4% en nuestra facturación respecto al año pasado, lo cual consideramos algo positivo teniendo en cuenta los datos que nos llegan del sector.
¿Hasta qué punto se nota la incertidumbre económica y sobre todo el efecto de la inflación en el consumo de tecnología?
Bastante. Además, como comentaba anteriormente, en muchos casos los dispositivos se han renovado recientemente, con lo que no hay una necesidad real de volver a actualizarlos. Con la incertidumbre económica y la inflación que tenemos en otros sectores, el consumidor se ve desincentivado a adquirir tecnología.
¿Cómo está afectando la valoración del dólar con respecto al euro, en vista de que el dólar domina en buena parte de las compras mundiales de tecnología?
La tendencia bajista del euro que nos lleva a tener actualmente la paridad euro-dólar está afectando menos de lo que debería ya que se ve contrarrestada con los esfuerzos de los fabricantes para incentivar las ventas a través de la reducción de su margen comercial. Aún así, la compensación no es total y sí se aprecia un incremento en el precio de la mayoría de los productos tecnológicos, en parte a causa del incremento de las materias primas o el transporte, y en parte a causa de la depreciación del euro.
“La paridad euro-dólar está afectando menos de lo que debería ya que se ve contrarrestada con los esfuerzos de los fabricantes para incentivar las ventas a través de la reducción de su margen comercial”
¿Se han resuelto los problemas logísticos y de suministro de componentes o siguen siendo un dolor de cabeza?
Sigue habiendo problemas logísticos, si bien la merma en el consumo hace que se noten menos. Un claro ejemplo son las tarjetas gráficas de gama alta, que han pasado de ser muy difíciles de conseguir a ser excedentarias, no porque haya mejorado la logística, sino porque su consumo se ha visto fuertemente reducido.
¿Cómo ve las cosas para otoño y finales de año? Hay una corriente de opinión dominante que augura un otoño muy complicado en términos económicos y energéticos.
Todo depende de muchos factores que no nos son posible controlar y que, además, pueden influir decisivamente tanto en un sentido positivo como negativo. Las perspectivas son malas y esperamos un año dificil en terminos generales para el consumo.
“La merma del consumo hace que los problemas logísticos se noten menos. Por ejemplo, las tarjetas gráficas de gama alta han pasado de ser muy difíciles de conseguir a ser excedentarias”
¿Cuáles son las previsiones de negocio de Depau para 2022 y qué evolución tendrá la compañía con respecto a 2021, cuando acabó con 208 millones de facturación?
Sin duda, la guerra de Rusia ha cambiado este pronóstico. Actualmente considero que sería un buen resultado llegar a igualar la facturación con el año pasado. Además es algo que, de no estropearse más la situación económica, veo muy factible realizar. Sin embargo, si las familias siguen sometidas a tensiones inflacionistas del 10% no va a ser posible porque tendrán que dedicar sus recursos económicos a la adquisicion de bienes y servicios fundamentales, aplazando la adquisición de tecnología.