Más de la mitad de los PC que se fabrican en el mundo no llevan la marca HP, Dell, Toshiba, Fujitsu Siemens o Acer. En otras palabras, algo más del 50% de la informática personal que se vendió en el planeta en 2005 salió casi siempre de las instalaciones de fabricantes locales que operan a nivel nacional. No obstante, esta industria local lleva unos años sufriendo varios problemas que le han llevado a perder paulatinamente peso a favor de las grandes multinacionales y les han impedido, por ejemplo, aprovechar el boom del portátil en los últimos tiempos o de las pantallas TFT. De todo esto se está hablando desde ayer en la Costa Azul, en el opulento Montecarlo, en un encuentro organizado por la consultora Gartner que ha congregado a unos 150 ensambladores llegados de toda Europa, entre ellos varias empresas españolas como Ega System, Infinity, CDC Augusta, Investrónica, Ecomputer o Informática Megasur. Además, han colaborado con la consultora algunas marcas con interés en profundizar sus relaciones con este canal de integración. Así, Microsoft, AMD, Samsung y Motorola han desplazado a un numeroso equipo de ventas y marketing que hasta el viernes oirá las demandas y quejas de los ensambladores.
Como no podía ser menos, el hielo lo rompió en la jornada de ayer una analista de Gartner, Tiffani Bova, que lanzó esta advertencia al auditorio: a finales de 2007 habrán desaparecido del canal de distribución casi un tercio de las empresas que operan en la actualidad. Para poner remedio a las cosas y mantener un negocio rentable, Bova dio dos recetas: ajustar los costes transfiriendo las actividades menos rentables de la compañía y establecer vías de colaboración con otros partners del canal con el objetivo de satisfacer un cliente que cada vez es más exigente y hace demandas más complejas. Según Gartner, el software y los servicios serán las áreas que más van a crecer en la industria tecnológica hasta finales de la década. Esto es una mala noticia para el canal de integración, que por el momento no ha explorado, salvo raras excepciones, estos nichos de actividad. Por ello, la analista exhortó a los asistentes a buscar socios que faciliten esta diversificación.
Javier Domínguez, copropietario de Ega System, una firma que ingresa anualmente algo más de 40 millones de euros y que fabrica en sus instalaciones de Alcorcón unas 5.000 máquinas anuales, vive en sus carnes estos dilemas. Domínguez también está convencido de que las marcas locales tenderán a desaparecer a menos que se asocien. “En Europa los mercados son muy variopintos y se disimula algo la situación, pero la cosa está muy difícil para el que se centre en la fabricación”. Domínguez señala que en los portátiles no ha habido margen para los locales puesto que las posibilidades de diferenciarse se reducen mucho cuando lo más importante de la máquina (la carcasa, la placa y la pantalla TFT) ya vienen ensamblados desde Asia. “Ahí se nota mucho el poder de compra que tengas en todo el mundo y las multinacionales mandan”. No obstante, Ega se está buscando las castañas en otra parte. Domínguez señala que uno de los negocios que más crecen en su compañía es el de los consumibles (memorias, cartuchos de tinta, tóners, etc). “Se trata de un negocio con precios estables y donde se puede fidelizar al cliente”, repone. También hay una oportunidad, en su opinión, en todo lo que tiene que ver con la convergencia digital, y que se materializa en referencias como las de los reproductores MP3 o DVD portátiles, cámaras digitales, cargadores de baterías universales, etc. Es decir, el PC local lo tiene complicado, pero las oportunidades se multiplican a su alrededor.