Cambio de tercio en Microsoft. El gigante del software ha anunciado que suaviza su política antipiratería. Para ello la compañía que dirige Steve Ballmer ha modificado la tecnología que identifica los programas pirateados tras las quejas de algunos de sus usuarios y socios, que la consideraban muy radical, dando un giro de 180 grados en el modus operandi que aplicaba en su último sistema operativo. Hasta ahora, cuando se intentaba instalar una copia fraudulenta de Vista, el sistema, gracias a la tecnología Windows Genuine Advantage (WGA), quedaba prácticamente inservible, por lo que el usuario se veía obligado a adquirir una licencia oficial, cambiar de sistema operativo o, lo más habitual, regresar a una versión anterior. WGA hacía que una copia ilegal no pudiera ejecutar funcionalidades como el sistema gráfico Windows Aero, Windows Defender y Windows ReadyBoost, que permite aumentar el rendimiento del PC añadiendo una llave USB. Adicionalmente, el software ilegal entraba en Modo de Funcionalidad Reducida al cabo de 30 días, lo que suponía que un manto negro se apoderaba del escritorio y las sesiones de usuario se limitaban a una hora de duración. Esto no obstaba, sin embargo, para que en ese tiempo el usuario accediera a Internet y a sus datos personales.
Los cambios serán efectivos a partir de primer trimestre de 2008, coincidiendo con el lanzamiento de la primera versión del Service Pack (SP1) de Vista, conjunto de actualizaciones que incluye mejoras y parches de seguridad necesarios. Así, desde el momento en que el SP1 de Vista y de Windows Server 2008 estén disponibles, aquellos que utilicen un sistema operativo falsificado recibirán notificaciones claras y constantes sobre el estado de su sistema, aunque “no perderán el acceso a las funcionalidades”, según el comunicado. Además, estas notificaciones incluirán un enlace en el que los usuarios podrán adquirir una copia legal del sistema operativo.
