Vinzeo se quedará con la filial española de Actebis tras su reestructuración

La compañía de la Corporación IBV, que ya adquirió ARC, se quedará con un tercio de la plantilla y con todo lo que compone el fondo de comercio del mayorista.

Publicado el 04 May 2007

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Tras muchos meses de rumores, que se han intensificado en las últimas semanas, el futuro de la filial del mayorista alemán Actebis en España empieza a clarificarse. Según fuentes solventes, el grupo Vinzeo, que ya adquirió ARC a comienzos de 2006, se hará con lo que quede de Actebis tras el proceso de reestructuración en la que está inmersa la compañía en estos momentos y que dejará la plantilla actual (de más de 80 personas) reducida a un tercio. Según esas mismas fuentes, la intención de compra se materializará si las autoridades de la competencia lo autorizan (es una de las condiciones impuestas por el Grupo Otto, el conglomerado financiero en el que se integra Actebis) y si los alemanes llevan hasta el final el proceso de “adelgazamiento” del equipo de Actebis en Barcelona. En concreto, Vinzeo se quedará con todo lo que compone el fondo de comercio de la compañía (entre ellos la razón social, los contratos con fabricantes y la clientela). Además, un equipo de marketing y ventas que rondará las 30 personas pasará a Vinzeo, que también asume el stock de productos de la firma adquirida. Según las fuentes consultadas, de salir todo conforme a lo previsto, el traspaso será realidad antes de las vacaciones de agosto. Según ha podido saber esta publicación, de no haber sido por la oferta de Vinzeo, la matriz alemana habría liquidado todo el negocio local de Actebis. Con esta adquisición, la compañía vasca que el pasado año facturó 746,30 millones de euros- concentra bajo el mismo paraguas un abanico de empresas dedicadas a la comercialización de informática, ofimática y electrónica de consumo, a las que se suman Lanmóvil y Payma, firmas especializadas en la distribución de telefonía móvil.

La noticia se veía venir. La salida a finales de año de Juan Manuel Molina de la dirección general, que dejó la firma en manos de un financiero como Christian Butt, y la venta de la filial italiana a Esprinet, que tuvo que subsidiar el propio Grupo Otto, no prometían nada bueno. Además, la incertidumbre se había apoderado de la plantilla en los últimos meses. “Todos los días se va alguien de la empresa y cada vez somos menos los que aguantamos al pie del cañón”, aseguraba hace unas semanas un empleado de la firma que se quejaba de recibir poca información por parte de la corporación.

Aunque arrastraba pérdidas desde hacía varios ejercicios (729.000 euros en 2005), el negocio de Actebis avanzaba en los últimos tiempos con cierto vigor. Así, consiguió incrementar sus ingresos en España un 8,8% y finalizar el ejercicio con 173 millones de euros de facturación, frente a los 159 millones del ejercicio precedente. Además, las perspectivas no eran malas, pues el sector informático ha recuperado el ritmo y ahora, según datos de la patronal Aetic, crece un 9% anual (frente al 3% y 4% de 2003 y 2004).

¿Cuáles han sido entonces las razones que han puesto en un brete al que fuera una de las principales referencias del mercado de la distribución en España? Hagamos un poco de historia para conocer la evolución de la empresa. La corporación alemana decide instalar una filial en España en 1994 con fuertes ambiciones y orienta su actividad al mundo de los componentes de sobremesa. Era la época en que los fabricantes locales comían el terreno a bocados a multinacionales como IBM. Capitaneada por Ricard Vilella, ahora en Tech Data, la compañía vive sus momentos de mayor esplendor y comienza a introducirse en nuevos mercados para aumentar su presencia en el mercado de los dealers tradicionales y VAR. Coincidiendo con el cambio de milenio, Actebis inicia una nueva etapa de la mano de HP, que se convierte en su primer gran suministrador de equipos de sobremesa y portátiles. La estrategia Top Value desarrollada por HP para promover la configuración a medida de sus equipos, posibilita el acercamiento con Actebis, que ve en esta alianza una nueva oportunidad para ampliar sus horizontes y competir con los grandes del mercado. A este contrato se suma el de 3Com e Intel en el área de networking, y el Microsoft en el terreno del software OEM para integradores, donde también mantienen grandes expectativas de crecimiento. Para hacer frente a este nuevo reto, el mayorista se traslada a una nueva sede de 5.000 metros cuadrados y pone en marcha su primer programa de comercio electrónico. Al poco de finalizar el año Llorenç Arrojo releva en la cúpula directiva a Ricard Vilella y anuncia la ratificación de un acuerdo con Compaq que en septiembre se fusiona con HP-. Es entonces cuando se observan los primeros, aunque todavía tímidos, síntomas de la crisis. Como el propio Arrojo reconoce, el éxito cosechado por las firmas locales en la fabricación de sobremesas no se repite con el portátil, y eso pasa factura a los mayoristas implicados.

En línea con su estrategia dirigida a aumentar su relación con grandes proveedores, la compañía suscribe un acuerdo con Acer, que de esta forma se convierte en el segundo fabricante de su portfolio. Este año 2003, en pleno apogeo de la crisis, los analistas auguran el inicio de un importante proceso de concentración del mercado y reajustes dentro de la industria TIC. Es en esta fecha cuando Actebis anuncia el cierre de su filial en Bélgica y la caída de un 12% en su cuenta de resultados, mientras que España reduce sus ingresos un 3,3%. En septiembre de 2003, el joven alemán Ralf Germer toma las riendas de la compañía para intentar resolver una situación que afecta al conjunto de las subsidiarias. En línea con el modelo de sinergia propuesto por HP, Actebis ratifica una alianza estratégica con DLI Portugal para aprovechar las concordancias de ambos en logística, entorno financiero y compras. El reto final es alcanzar una buena posición en el programa Top Config para liderar la integración de ordenadores de sobremesa de HP. Sin embargo, y tal y como aseguran fuentes cercanas a la empresa, la crisis que afecta al mercado de la integración y la falta de apoyo y la escasa inversión del Grupo Otto ponen la puntilla a una situación que ni el incansable Juan Manuel Molina, procedente también de Tech Data, pudo revertir.

Un ex directivo del mayorista exponía con claridad los males de la firma: “Actebis tiene una difícil coyuntura porque no tiene el volumen suficiente para competir con los grandes, ni la especialización adecuada para huir de ese terreno. Además, el negocio de la fabricación local está de capa caída y ellos tienen una fuerte dependencia del mismo”. Otra persona vinculada a la compañía iba más allá y aseguraba que “Actebis nunca llegó a despegar en España”.

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