Se cumplen 25 años de la invención del ordenador portátil; un cuarto de siglo desde que Toshiba lanzara al mercado el T1100. Tras este tiempo, la multinacional japonesa ha hecho balance de la situación del sector y reconoce que la industria se encuentra en un punto de inflexión ante el surgimiento de nuevos usuarios. Así, el directivo estima que mientras el modelo de 15 pulgadas será un estándar en casas y oficinas como equipo principal, hay más oportunidades de negocio en otros segmentos donde se buscan ejemplares más pequeños y aptos para nuevas aplicaciones y funcionalidades.
Sin embargo, como declara Alberto Ruano, director general de la filial, las generaciones van cambiando y se dará paso a otras demandas y estilos “y ahí hay que estar, ahí estaremos, para satisfacerlos”. Pero su presencia no se centrará sólo en los usuarios sociales, sino también en los corporativos y profesionales, un colectivo que “necesita una tecnología en innovación constante que se adelante a los tiempos y le facilite y agilice su labor”.
Y es que si hay algo que parece claro es que el futuro es portátil y que habrá varios dispositivos de este tipo por cliente, cada uno de ellos específico para un uso determinado. Esto explica que la compañía se haya fijado como estrategia diversificar su oferta con dispositivos únicos para satisfacer a los mercados doméstico y profesional, miniaturizar los equipos y componentes, y hacer más fácil la informática. Además de trabajar bajo estándares abiertos y ampliar su ecosistema de socios tecnológicos.
El fabricante nipón ya ha empezado a andar este camino y lo demuestra presentando dos nuevos equipos que vienen a conmemorar este aniversario. Por un lado, ha lanzado el Libretto W100, un dispositivo con doble pantalla táctil que es ordenador y tableta digital a la vez. Por otro, el Toshiba AC100, un webook con chip Nvida y sistema operativo Android. En general, dos portátiles que vienen a satisfacer las solicitudes de los usuarios de hoy en día.