Llega el verano y muchos tendrán ganas de pisar la playa, pero con la “nueva normalidad” se impone la necesidad de evitar aglomeraciones y controlar el aforo. ¿Y cómo será posible mantener a raya el número de bañistas?
La empresa andaluza Galgus ha patentado una solución -en Europa y Estados Unidos- para gestionar el buen uso de las playas u otro espacio abierto que esté dotado de cobertura Wi-Fi que use su tecnología.
Así, en cualquier espacio donde esté desplegada su red de puntos de acceso inalámbricos, a través de su funcionalidad de “Analítica de Localización”, recopila información anónima sobre los usuarios que se encuentran en su área de influencia, estén conectados o no a su infraestructura. En otras palabras, ofrece el estado de ocupación de estos entornos en tiempo real, geolocalizando los terminales y proporcionando mediciones de dispositivos conectados y no conectados -garantizando en todo momento la privacidad-. Para ello emplea datos anónimos. Además, los usuarios no tienen que instalarse ninguna aplicación.
Esta tecnología ya ha sido desplegada en el Hotel Barceló Sancti-Petri, en Chiclana de la Frontera (Cádiz), que ofrece a sus huéspedes conectividad Wi-Fi incluso en la playa
Una alternativa “única”, no sólo por esta funcionalidad, sino también “por ser capaz de mejorar la experiencia de usuario de los habitantes y visitantes de las localidades de veraneo” al brindarles un servicio de Internet de calidad, tal y como indican desde la compañía.
Los responsables de Galgus estiman que para los ayuntamientos costeros supone la posibilidad de acceder a un centro de control en la nube, por tanto, accesible desde cualquier ubicación y que puede integrarse en otros aplicativos que se estén usando como pueden ser los de control de tráfico o cámaras de seguridad.
Su utilidad va más allá de la pandemia, es válida para cualquier entorno. No es algo que vaya a quedar obsoleto, sino que perdurará y seguirá dando un buen servicio
“Con esta herramienta, van a poder localizar dispositivos presentes en esa red, visualizarlos a través de mapas de calor que indiquen la densidad de personas en tiempo real, programar alertas cuando se alcance un parámetro dado o delimitar zonas acotadas (Geovallas), así como conocer la trazabilidad, esto es, por dónde han pasado esas personas y con quién han podido cruzarse”, afirma el doctor Pablo Aguilera, responsable de innovación de Galgus, que enfatiza que la inversión no se quedará obsoleta tras la pandemia.