Se han convertido en las estrellas de las ferias de tecnología y objeto de deseo de la mayoría de los conductores del mundo y ahora parece que Tesla, la compañía de los coches eléctricos y autónomos, quiere allanar el terreno para llegar al mercado de fabricación en escala. Aunque el precio del último modelo de coche eléctrico y autónomo de la marca cuesta todavía la friolera de 35.000 euros, la cifra es la mitad de lo que costaban sus primeros lanzamientos y supone un salto cualitativo para intentar capturar la imaginación de ávidos consumidores interesados por el juguete.
El precio, cercano al de un modelo deportivo de Mercedes, comienza a ser asequible para los usuarios de cierto nivel económico, aunque la problemática no es tanto el coste como el largo plazo de espera para recibir el coche desde Tilburg (Holanda) su centro de distribución de Tesla en Europa. Además, la compañía obliga a desembolsar 2.000 euros para reservar el automóvil, y pagar otros 2.300 euros a una empresa logística para facilitar la entrega. Si luego estamos dispuestos a esperar cuatro meses hasta que nos lo entreguen, podremos tener el último grito de los coches eléctricos en casa.
El Model 3 tendrá una autonomía de 346 kilómetros y será capaz de acelerar de 0 a 100 en menos de seis segundos, aunque habrá modelos que lo harán todavía más deprisa. Al no tener motor, los ingenieros han podido habilitar un amplio maletero en la parte frontal y ganar espacio en el interior para adelantar los asientos.