La matriz de Google, Alphabet, anunció el pasado fin de semana que recortará su plantilla en unos 12.000 puestos en todo el mundo. Es alrededor del 6% de la plantilla y, como otras grandes tecnológicas, la compañía se ajusta para afrontar un año en que se espera un debilitamiento de la economía.
El mensaje enviado por Sundar Pichai, el consejero delegado del grupo, a la plantilla llevaba un título que lo dice todo: “Una decisión difícil para prepararnos para el futuro”. Pichai reconocía en esa circular que Alphabet había contratado en los últimos años “para una realidad económica diferente a la que afrontamos hoy”.
Como otras tecnológicas, Google experimentó un crecimiento inesperado con la llegada de la pandemia, un momento en que la economía cambió masivamente a digital y también los hábitos de consumo de los cuidadanos, pero ahora ese efecto ha pasado. Y además se le han añadido muchas incertidumbres geopolíticas, una inflación inusualmente alta en Occidente y unos tipos de interés elevados que tienen como fin enfriar la economía.
En los últimos cinco años, Alphabet dobló su fuerza laboral, pasando de 88.000 en el año 2017 a casi 187.000 profesionales a finales del pasado verano. En el periodo de pandemia solo la compañía fundada por Sergey Brin y Larry Page contrató hasta 50.000 empleados.
Las grandes tecnológicas doblaron plantilla en cinco años
Alphabet se suma a la lista de empresas que en los últimos meses han anunciado despidos masivos. Una lista que forman gigantes admirados del mundo tech como Meta (Facebook), Twitter, Salesforce, Amazon o Microsoft, entre otros. La única que no se ha sumado de momento a este ajuste general es Apple, aunque la compañía de la manzana ha frenado las contrataciones.
El sector tecnológico, uno de los grandes beneficiados con la pandemia, se reajusta después de años de expansión acelerada. Según datos de El País, las cinco grandes tecnológicas pasaron de tener algo menos de un millón de empleados en 2017 a contar con más de dos millones en 2022. Es decir, doblaron con creces su fuerza laboral. Eso sí, este cálculo viene reforzado por la política de contratación de Amazon, que en muchos casos se centró en perfiles para sus operaciones logísticas, y no tecnológicas.
