La compra de ATI por AMD se ha confirmado definitivamente. El fabricante de chips gráficos ha hecho pública la operación en una nota enviada a los medios en la que se indica que la transacción tendrá un coste aproximado de 5.400 millones de dólares. AMD adquirirá la compañía pagando 4.200 millones de dólares en efectivo y adquiriendo 57 millones de acciones al precio que tengan hoy. El fabricante de microprocesadores financiará una parte de la compra a través de un crédito por valor de 2.500 millones de dólares que le ha concedido Morgan Stanley. Ambas compañías han conseguido una facturación aproximada de 7.300 millones de dólares en el último ejercicio y mantienen una fuerza de trabajo conjunta de 15.000 personas.
Aunque el rumor de la posible compra apareció en mayo, los analistas veían poco sentido económico en esta adquisición, máxime cuando AMD pretende gastar otros 5.000 millones de dólares en el desarrollo de su propia plataforma durante los próximos años y además se encuentra inmersa en una guerra de precios con Intel, su principal competidor. Otras fuentes próximas a AMD, citadas por Reuters, explican que esta compra tiene como objetivo ganar cuota de mercado frente a su rival, compañía a la que también provee ATI. A pesar de todo, el negocio de los chips gráficos es menos rentable que el de los procesadores para PC, ya que los márgenes son del 45% en comparación con el 55% de margen que reporta la venta de procesadores para equipos informáticos. Por otro lado, la compra de ATI podría hacer que AMD dejase de proporcionar funcionalidades para los procesadores gráficos de Nvidia, su gran competidor en el área gráfica. No obstante, la operación va contra los objetivos marcados por AMD en la iniciativa “Torrenza”, por la que el proveedor se había comprometido a abrir su tecnología a otros fabricantes de chips con el fin de eliminar incompatibilidades.
