El pasado 1 de julio ARC estrenó oficinas. El mayorista, que fue adquirido a principios de año por Vinzeo, la división especializada en distribución de tecnología de Corporación IBV (grupo empresarial participado por BBVA e Iberdrola), ha cambiado sus instalaciones de la madrileña calle de Julián Camarillo, cerca de la arteria de García Noblejas, por unas más modernas en la Avenida de Bruselas, número 38, en un entorno de oficinas muy de moda de Alcobendas, en el kilómetro 16 de la N-1. La firma de momento mantendrá su mismo número de teléfono 913 754 800 para la atención de pedidos.
Francisco Cazorla, el alma mater de ARC desde su fundación, dejará la compañía a finales de julio, una vez el traspaso se haya concluido. A partir de ahora, la dirección de ARC, que mantiene su denominación dentro del holding empresarial vasco, la ocupará Juan Casas, proveniente de Alpha Foto, mientras que la responsabilidad de Grailandia (mayorista de componentes y que también mantendrá su denominación) pasa a José Pujol. Por su parte, Carlos García, director comercial con Cazorla, seguirá ejerciendo como tal. La dirección de marketing ha ido a parar a Diego Aguirre, un bilbaíno que vivirá a caballo entre la capital del Nervión y Madrid.
Francisco Carzorla, que deja el mundo de la informática, en el que lleva la friolera de 32 años, ha confirmado a esta publicación que la fusión se ha producido sin despidos, algo que estaba garantizado pues se impuso como condición para seguir adelante con la venta. En la empresa trabajan 115 personas, una cifra que tal y como confirma Carlos García, podría aumentar en un futuro próximo con el fin de atender el negocio de los nuevos fabricantes que se incorporarán al catálogo de productos. Los nuevos proveedores procederán de la cartera de Vinzeo y entre ellos destacan Konica-Minolta, Brother y Samsung. Cazorla también aseguró que apenas se producirán solapamientos de producto puesto que hasta el momento el principal área de actividad de Vinzeo eran las comunicaciones. Uno de los problemas que siempre ha aquejado a ARC ha sido su excesiva dependencia de HP, que continúa representando más del 60% del negocio total, a pesar de que el mayorista también trabaja con firmas de tanto peso como Toshiba, Lexmark o LG Electronics.
Vinzeo es uno de los mayores grupos de distribución de capital nacional, facturando cerca de 650 millones de euros durante el pasado ejercicio fiscal. La actividad de mayoreo del holding se desarrolla a través de tres sociedades: mientras que Lanmovil y Payma Móviles están especializados en la distribución de telefonía celular, la propia Vinzeo se dedica a los ámbitos de informática, ofimática y electrónica de consumo.
A este conglomerado se sumará ARC y su negocio de consumibles, Grailandia, que aportarán 200 y 80 millones de euros a la facturación global de la compañía, respectivamente. Vinzeo está, asimismo, presente en el resto de eslabones de la cadena de valor desarrollando actividad detallista de (Movistar) y de productos informáticos a través de Offitelefonía -cadena de 94 tiendas propias y venta directa- y de Cell Comunicaciones, especializada en la asistencia técnica de terminales de telefonía móvil de Telefónica.
Tras su integración en el Grupo IBV, ARC culmina un periodo tormentoso de su historia reciente que se iniciaba en 1997 con el intento frustrado de integración en el mayorista americano CHS Electronics. Sin embargo, en 2001 la compañía dirigida Cazorla volvía a la carga y se integraba en el grupo italiano OpenGate tras aceptar una nueva oferta de compra. Dos años más tarde la firma transalpina quebraba y volvía a dejar fuera de juego al que llegó a ser principal mayorista de HP en España. Fueron tiempos de zozobra en los que muchos distribuidores tuvieron que acudir a otros mayoristas a comprar y algunos fabricantes retiraron sus líneas de crédito a la compañía de Francisco Cazorla. La repercusión en la actividad del mayorista fue clara, y entre septiembre y enero de 2004 perdió alrededor de un 30% de su negocio. A todo ello se unieron las pegas que puso el principal acreedor de ARC, la Banca Intesa, a la sazón uno los principales accionistas de OpenGate, para que el mayorista español buscara una fusión con otro partner europeo. Tras varios intentos frustrados de subasta entre septiembre y octubre de aquel año, finalmente era Francisco Cazorla, que había visto nacer la firma, quien volvía a hacerse con el control total. A partir de ahí, sólo era cuestión de esperar la llegada del holding vasco. ARC ingresó en su último año fiscal culminado el 30 de agosto de 2005- 275 millones de euros, alrededor de un 20% más que en el ejercicio precedente, año en el que sufrió una caída del 8% como consecuencia de tanto desaguisado.