La Comisión Europea ha advertido a Microsoft que si no cumple las sanciones impuestas el pasado diciembre, se expone a nuevas multas, que además se irán elevando diariamente. Las sanciones, que aún no se han cumplido, consistían en la obligación de comercializar versiones del sistema operativo sin el reproductor Windows Media Player y facilitar sus protocolos de comunicación a la competencia, de modo que los fabricantes de otros servidores puedan funcionar sin barreras técnicas con los servidores del gigante del software. Y es que, según la Comisión, que dirige Neelie Kroes, la estrategia de Microsoft de integración de software por defecto en Windows enfría las inversiones y desmotiva la innovación de la competencia. Desde el fabricante, por supuesto, niegan que Microsoft esté cerrando el paso a los otros fabricantes.
La situación actual es la siguiente: el gigante del software está obligado a cumplir ambas sanciones antes de que llegue la sentencia definitiva acerca del incumplimiento de las leyes antimonopolio. En consecuencia, la compañía de Bill Gates ha anunciado que establecerá las reformas pertinentes en las “próximas semanas”, sin delimitar el periodo de tiempo que le llevará. Por ello, la Comisión le ha advertido de que la dilación le puede salir cara porque Bruselas, según sus reglamentos, puede imponerle una multa de hasta el 5% del volumen de negocio medio diario por cada día de retraso, una cantidad importante si se tiene en cuenta que la facturación anual de Microsoft alcanzó el año pasado los 36.385 millones de dólares. Además, le ha prohibido poner nombres peyorativos a la edición que lance en Europa, como el planeado de “versión reducida”
La lucha de la Comisión con Microsoft aún dará mucho que hablar porque la sentencia definitiva tardará años en llegar. El órgano europeo quiere evitar a toda costa que el monopolio vaya más allá y se imponga el lenguaje Windows a toda la tecnología de uso diario interconectada.