En los últimos tiempos Microsoft ha generado muchas noticias. La compra de Nokia, el lanzamiento de Surface, el cambio de CEO… Sin embargo, una de las que mayores implicaciones va a tener en la industria tiene que ver con los siempre rutinarios cambios de sistema operativo. Y es que la decisión de la compañía de jubilar definitivamente su Windows XP cancelando el soporte el pasado mes de abril ha supuesto un terremoto en muchos clientes y va a generar buenas oportunidades de migración para los partners.
A pesar de su ancianidad (fue lanzado al mercado en 2001, por el tiempo en que caían las Torres Gemelas), Windows XP todavía estaba instalado en un 27% de los PC y tabletas en España hace apenas dos años, según StatCounter. Sólo Windows 7 le superaba en el ranking de sistema operativo más popular (ver cuadro). Fernando Calvo, director de la división de Windows de Microsoft Ibérica, dice que cuando llegó el momento de decir adiós al soporte, el 8 de abril de este año, el parque de XP en este país todavía era de 4 millones de ordenadores personales (un millón en empresa y el resto en consumo). En ese momento, según StatCounter, Windows XP tenía menos preponderancia, pero todavía era el sistema que gobernaba el 17% del parque de ordenadores.
Han pasado los meses y ahora surgen varias preguntas: ¿A qué ritmo se está produciendo la necesaria migración? ¿Es a estas alturas XP un vestigio del pasado o todavía anda desplegado en oficinas y administraciones de todo el país? Las últimas cifras de StatCounter dicen que Windows XP sigue suponiendo el 13,7% del parque informático. Eso sí, a estas alturas, la suma de parque instalado de Windows 8 y 8.1 ya iguala a la que atesora el viejo sistema. Por descontado, Windows 7 sigue dominando, con más de un 45% de cuota.
“Hemos notado un tirón de la demanda en consumo y en pymes, que están empezando a comprar licencias por volumen. De hecho, en la venta de volumen a pymes estamos teniendo crecimientos del 30% ahora, lo que contrasta con lo que pasaba el año pasado”, asegura Fernando Calvo, director de la división de Windows en Microsoft Ibérica. “Las empresas se han dado cuenta de que es muy arriesgado mantenerse en XP. Además, la oferta de productos con Windows 8 ha mejorado mucho y ya hay más de 5.000 productos certificados, y con precios que pueden bajar a los 200 euros en portátiles y tabletas”, añade el responsable de Windows en la filial.
Por su parte, Carlos Cubero, director de sistemas de Efor, un Gold Partner de Microsoft con 200 personas en plantilla, dice que en la migración de XP está pesando más el discurso de la productividad que el de la seguridad. “Una empresa que no renueve está perdiendo competitividad porque no puede subirse a carros como el de la movilidad o el cloud”, zanja Cubero.
En los meses previos al final del soporte de Windows XP, Microsoft hizo mucho hincapié en los problemas de seguridad y de disponibilidad a los que podía dar lugar el viejo sistema operativo. Sin embargo, como reconoce Fernando Calvo, a estas alturas, y felizmente, “no ha habido ningún caso gordo de robos de información en empresas y administración”. En todo caso, Calvo recuerda que el riesgo se mantiene. “Que no haya pasado no significa que no pueda pasar”.
Si se mira por tipos de cliente, la migración va mucho más rápido en la empresa, incluso en la pequeña, que en la administración. “Allí la situación se lleva al límite y muchos clientes han comprado soporte personalizado de XP que es ofrecido por ingenieros en Redmond, lo que es muy caro”, reconoce Fernando Calvo. Por su parte, Carlos Cubero, de Efor, dice que el sector público, por los recortes presupuestarios, “está aguantando” y se ciñe al habitual (y lento) ritmo de renovación de equipos.
¿Cuánta vida más le queda a XP? Es difícil decirlo, pero Carlos Cubero se atreve a pronosticar que a finales de este año el sistema operativo será residual en entornos ofimáticos clave y de alta producción, aunque permanecerá en equipos con tareas de segundo nivel en las empresas o en máquinas para backup. También quedará permanecerá en el entorno de trabajo de los nostálgicos, que siempre querrán tener una muestra del que quizá ha sido el mejor y más duradero sistema operativo de Microsoft en toda su historia.