El panorama se pone negro para Toshiba. Como consecuencia de los problemas financieros que arrastra la compañía japonesa, ha dimitido su presidente, Shinegori Shiga. Toshiba había intentado retrasar la publicación de sus resultados, pero finalmente ha tenido que reconocer pérdidas por valor de 3.200 millones de euros para el ejercicio fiscal que acaba a finales de marzo.
El problema está en la división de energía nuclear de Toshiba y en sus actividades en Estados Unidos. En 2015, la filial de Toshiba en el mercado estadounidense, Westinghouse, compró activos que ahora valen mucho menos de lo calculado en un primer momento. Además, Toshiba ha tenido problemas para financiar estas operaciones por la dificultad que está encontrando para acceder al crédito. En total los activos de la división de energía nuclear de Toshiba se han reducido casi 6.000 millones de euros.
La compañía ha notado el fiasco en Bolsa. Y es que, desde diciembre, la acción ha caído un 50%. La bajada de la solvencia de Toshiba y los problemas que eso le crea en términos financieros está haciendo que la compañía busque otras fórmulas para estabilizar la situación. Así, a finales de enero anunció la venta de parte de su división de memorias Flash, su negocio más rentable, por un valor entre 8.500 y 12.000 millones de euros. Anteriormente Toshiba, que en España es sobre todo conocida por sus ordenadores portitiles, se deshizo de su negocio de equipos médicos, que fue a parar a Canon, y de electrodomésticos.
Hace dos años, la compañía, que fue fundada en 1875 y que emplea a más de 160.000 personas en todo el mundo, también fue denunciada por un escándalo de maquillaje contable que le había llevado a inflar los beneficios operativos durante siete ejercicios y por valor de 1.100 millones de euros. Fue entonces cuando llegó a la presidencia Shinegori Shiga, que ahora abandona el barco.