Ecofimática ha cumplido 10 años. La fundación está dedicada a la gestión del reciclaje de impresoras y copiadoras que quedan en desuso, y está respaldada por 26 proveedores y distribuidores (están prácticamente todas las marcas, con la excepción notable de HP). Desde su origen, Ecofimática ha logrado recoger y gestionar 20.000 toneladas de residuos. Además, en los últimos años, Ecofimática ha extendido sus tentáculos, lo que le ha llevado a triplicar el material de desecho recogido. Así, de las 1.124 toneladas gestionadas en 2005 ha pasado a cerca de 3.000 en 2010. A ello ha ayudado la transposición a la legislación española en 2005 de una directiva europea que obliga a fabricantes y a distribuidores al correcto reciclaje de todo dispositivo informático y electrónico. Se trata, en concreto, del Real Decreto 208/2005, de 25 de febrero.
Ecofimática no tiene plantas ni centros de almacenamiento propios para las impresoras, copiadoras y cartuchos que sobran a las compañías y a los usuarios domésticos. Sin embargo, ha sido capaz de crear una infraestructura, con la colaboración de terceros, que ofrece una cobertura de recogida a nivel nacional. En concreto, los 700 distribuidores y tiendas adscritos a la fundación pueden depositar los equipos para el reciclaje en 40 almacenes, que más tarde los mandan a media docena de plantas de proceso.
En todo caso, José Pérez reconoce que ni los usuarios finales ni las pymes conocen las posibilidades que hay de reciclar ni están concienciados sobre este asunto. “El consumidor no suele llevar maquinas viejas a la tienda. Hay muchas cosas por hacer”, admite. Ecofimática recicla menos de un 30% de todo el producto que los fabricantes ponen en el mercado. Esos datos llaman la atención en un momento en que se puede reciclar casi todo lo que llega (un 75% de lo recogido se puede tratar). Incluso el plástico, la gran asignatura pendiente de las plantas de tratamiento, empieza a ser transformado para una posterior reutilización.
Además, el directivo denuncia el comportamiento irregular de ciertos agentes. “Hay gente que se lucra con la gestión de residuos, mientras que Ecofimática cumple con las normas vigentes [que obligan a que los involucrados sean organizaciones sin ánimo de lucro]. Hay mucha picaresca. Hemos visto a gente que se pone delante del punto limpio y se adelanta a comprar los aparatos que va a dejar la gente para aprovechar el cobre o las baterías”. Asimismo, Pérez señala que la crisis también está pasando factura a esta actividad. “Se compra menos tecnología y por lo tanto se recicla menos”.
Por último, la dirección de Ecofimática también anima al canal de distribución a que acuda a la fundación para dar un servicio de reciclado a sus clientes. Además, el canal puede así mejorar su posición en concursos de la administración donde la gestión de residuos es mirada con lupa.
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