Un 27% de las empresas en España ha detenido por completo el desarrollo de proyectos de inteligencia artificial (IA), según revela una encuesta realizada a más de 250 responsables de proyectos tecnológicos en el país. La falta de conocimientos especializados, los problemas regulatorios y la mala calidad de los datos se sitúan entre los principales motivos que impiden que estos proyectos avancen.
El informe destaca que el 37% de las empresas españolas mantiene entre 11 y 50 proyectos de IA en fase de definición o planificación, sin haber logrado avanzar hacia la implantación real. Este bloqueo supone que muchas iniciativas tecnológicas no se materializan en soluciones concretas que aporten valor empresarial.
Además, el 27% de las empresas que habían desarrollado hasta 50 proyectos han decidido paralizarlos por completo. Esta situación responde, principalmente, a problemas regulatorios (24%), falta de formación especializada (23%) y datos de baja calidad (21%).
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Reducción de la inversión en proyectos de IA
La falta de confianza en la IA también está afectando negativamente a la inversión en este ámbito. El 61% de las empresas reconoce estar reduciendo sus presupuestos en IA debido a esta incertidumbre. Entre los factores que contribuyen a esta desconfianza destaca que un 32% de los directivos no confía en esta tecnología, mientras que el 50% de los empleados también muestra reticencias. Además, el 23% de las empresas considera que sus propios clientes tampoco confían en soluciones basadas en IA.
Formación y mejora de competencias
Para superar estas barreras, la formación de los empleados se perfila como una de las claves. Un 76% de los encuestados cree que las industrias españolas deben mejorar la capacitación y el reciclaje de habilidades relacionadas con la IA. Asimismo, el 74% considera fundamental que el Gobierno incremente el apoyo financiero y formativo en este ámbito.
A pesar de las dificultades, el 55% de los responsables entrevistados considera que España tiene potencial para liderar el desarrollo de la inteligencia artificial en los próximos cinco años, siempre que se implementen estrategias claras y se impulse la formación especializada.