Hoy ha dado comienzo en la ciudad de Santander una edición más del Encuentro de las Telecomunicaciones que, en el marco de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, reúne a lo más granado del sector de las TIC en España. La cita, que está organizada por la Asociación de Empresas de Electrónica de Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones de España y la Fundación Telefónica, será una vez más foro de discusión sobre la situación del sector y el futuro hacia el que se encamina. La convocatoria reúne a los principales directivos de las compañías de TIC presentes en España, algunos de los cuáles ofrecerán su particular visión del negocio, tal es el caso de Rosa García, presidenta de Microsoft, o Jean Marc Vignolles, nuevo consejero delegado de Orange.
Asimismo, el presidente de AETIC, Jesús Banegas, ha asegurado en su comparecencia que la industria mundial asiste a “la quinta nueva economía”, una revolución que se repite cíclicamente pero que se diferencia en cada nueva etapa. En esta fase actual, el elemento fundamental para garantizar el crecimiento sostenido de la economía de un país se basa fundamentalmente en apostar por invertir en nuevas tecnologías y en volcarse en apoyar el I+D de las empresas. Sin embargo, lejos de potenciarse fuertemente la inversión en nuevas tecnologías, el Gobierno español y la industria en general se ha dedicado a potenciar el aumento del empleo precario al tiempo que se ha producido un progresivo desgaste de la productividad de la industria española. Banegas califica el estado actual del sector industrial de “competitivo, pequeño y menguante”.
Sin embargo, en los últimos años también se observan cambios positivos en el marco tecnológico español. Para empezar, nuestro país se ha distinguido por su liderazgo en tecnologías como la simulación civil y militar, TV y audio digitales, DNI electrónico, seguridad informática y tarjetas electrónicas, además contar con el apoyo del Gobierno en materia fiscal. Para Banegas, “el Gobierno actual ha sido el que más ha apostado por la inversión en tecnología”, aunque no se implica lo suficiente ya que tiende a apoyar más a los sectores tradicionales y poco productivos como la agricultura o la minería, en vez de realizar un mayor esfuerzo por incentivar el desarrollo en I+D.
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