El mercado de impresión se tiñe de color y vuelve a los números negros.

El mercado se tiñe de color y vuelve a los números negros.

Publicado el 26 May 2004

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El mercado de impresoras ha sido uno de los negocios que más se ha visto afectado por la crisis que ha azotado al sector informático. 2001 y 2002 fueron años para olvidar, con una caída de las ventas en torno al 7 por ciento en ambos casos. Sin embargo, en 2003 las cartas han pintado mucho mejor. Aunque las razones o hechos a los que se debe atribuir el crecimiento del mercado del 12,5 por ciento son diferentes, según se acuda a una fuente u otra, lo cierto es que en el pasado ejercicio se vendieron más impresoras que nunca: 1,53 millones. Eso sí, también es verdad que en dinero contante y sonante los aumentos no se han dado, ni mucho menos, en la misma proporción (tan sólo un 1,2 por ciento más se recaudó, hasta los 328,6 millones de euros). La depreciación del hardware ha sido una constante en los últimos tiempos. Sin embargo, tal y como afirma el director comercial de Lexmark, José Luis Domínguez , algunos creen que la situación del negocio no es preocupante, puesto que el abaratamiento se debe a las economías de escala y al hecho de que el fabricante que pierde vendiendo hierro gana por lo que carga al usuario en el coste de impresión.

Aunque las consultoras no aportan cifras globales de lo que supone en facturación esta jugosa parte del negocio, los porcentajes de ingresos en que se traducen las ventas de consumibles en la mayoría de los fabricantes hablan por si solos: en Lexmark, cerca de un 50; en Kyocera, un 30; y en HP, un 40, al igual que en Oki y Ricoh.

Como en tantos otros ámbitos de las TI, la guerra en el segmento de las impresoras está servida. De hecho, la alta competitividad en materia de precios, junto con las grandes operaciones de volumen, ha sido una de las razones argumentadas por Javier Fernández, socio director de Profit, para explicar el acelerón que han experimentado las ventas en 2003. José Luis Domínguez, de Lexmark, asegura que la bajada de precios no hay que buscarla en las estrategias de los fabricantes, sino en la imposición del propio mercado. “Lo curioso es que muchas veces el que más barato vende la máquina más caro tiene el coste de impresión por página. Otros ajustan más el precio del hierro. Cada uno tiene su estrategia. En el caso de las láser color, se conoce que sólo el 20 por ciento del coste total de la impresión viene por la adquisición del hardware y el resto se va en consumibles, mantenimiento, etc”, explica. En este sentido, cabe apuntar el dato que ofrece José Ramón Sanz, responsable de producto de impresoras de Kyocera: a pesar de la caída espectacular del coste de adquisición de las máquinas láser color, el coste de impresión de estos equipos puede llegar a ser hasta 15 veces superior. El coste total de propiedad o CTO se antoja de nuevo como un elemento muy a tener en cuenta. Así lo recuerda el director de marketing de Ricoh, Andreu López: “En el mundo empresarial es imprescindible tener planificados los costes de impresión. El concepto TCO ha sido el impulsor que ha promovido el traspaso de la impresión en blanco y negro a color, así como el de la tecnología de inyección a la de impresión láser”.
El responsable de Profit, Javier Fernández, recuerda que la fuerte demanda de impresoras multifunción y láser color está provocando un fuerte descenso de las ventas de otros segmentos como, por ejemplo, las matriciales. Fernández cree lógico pensar que los fabricantes de este tipo de máquinas o del de inyección de tinta a color están siendo obligados a abaratar los equipos para poder competir con los segmentos más novedosos. “La mayor lucha se centra en el segmento de la impresión láser a color, principalmente para el segmento empresarial. Esto está provocando una fuerte competencia en precio que, aunque no sea lo más lógico, sí parece ser el camino más corto para ganar cuota de mercado”, opina.

Algunos anunciaban en su día que en este segmento del color los precios habrían de mantenerse tras romperse la barrera psicológica de los 1.000 euros hace más de un año. Si tenemos en cuenta las últimas y agresivas promociones de HP y Oki nos damos cuenta de que la cuerda sigue tensa, llegando fácilmente a los 600 euros, aunque sea en momentos puntuales. Sin embargo, Alex Mateo, jefe de producto de impresoras láser de Epson, apunta que el láser color está experimentando una trayectoria parecida a la que siguió la inyección de tinta en su día, pero con alguna diferencia: en inkjet la mayor caída se produce en los modelos de consumo. “Aún cuesta imaginarnos a un usuario doméstico comprando una impresora láser color. Lo más lógico es que, una vez esté asentado este nicho de mercado, los precios se estabilicen”, comenta.

Oki comenzó por romper las reglas hace un año cuando se lanzaba su serie C5000 por primera vez por debajo de los 1.000 euros. Como una de las principales causantes de esta agitación de precios, la firma tiene mucho que decir en este terrero. Juan Pedro Pérez, director de marketing de Oki, hace una lectura diferente y afirma que más que una bajada del coste de la máquina se trata de la creación de un modelo nuevo que antes no existía, con características distintas a las impresoras para grandes cuentas comercializadas hasta ese momento. “Hace un año el coste medio de color estaba en los 1.500 euros. En 2003 comienza a aparecer un segmento nuevo, con un tipo de impresora que no existía y que ha visto bajar su precio un 15 o un 20 por ciento a medida que el volumen ha ido creciendo”, explicaba el responsable. Gartner cifra la caída a nivel mundial en un 30 por ciento con respecto hace tres años.

Si hubiera que destacar a algún protagonista en el negocio de la impresión en este último año habría que dar dos nombres: equipos multifunción y láser color. Aunque unos primen a uno sobre otro, el acuerdo es casi total entre fabricantes, mayoristas y consultoras a la hora de hacer balance. Y parece que todos ellos apuestan de nuevo por ambos modelos, junto a la impresión fotográfica, en sus quinielas para este 2004. Así lo entiende el responsable de Profit, al señalar que en estos momentos el principal destello es el de las impresoras láser color. En este sentido, la creación de Mobile Imaging and Printing Consortium (MIPC) por parte de Canon, HP y Epson quiere establecer un estándar para imprimir imágenes tomadas por móviles con cámara incorporada.
Juan Pedro Pérez, de Oki, considera que el comportamiento de inyección de tinta en 2003 fue muy errático, mientras que el sector láser creció tanto en monocromo como en color. Lexmark, que ya dispone de un modelo por debajo de los 1.000 euros en láser color (impresora de 30 ppm en monocromo y 8 a color), sabe que este año se la juega en el mercado láser color y en el de multifunción. Sin restar valor al crecimiento experimentado por el primero, José Luis Domínguez invita a reflexionar sobre la necesidad de color en las empresas y si no se está pagando un sobreprecio por esa opción: según estudios en poder de Lexmark el porcentaje de páginas impreso por estas máquinas en monocromo es del 80, mientras que sólo un 20 se hace finalmente en color. De hecho, algunos usuarios se han decidido por las láser color por su competitivo precio con respecto a las monocromo. En este sentido, el director de Xerox Office España, José Ángel Comesaña, apunta que, una vez asentado el láser en el entorno profesional, sobre todo en blanco y negro, queda dar el siguiente paso definitivo: la asunción de la impresión de tinta sólida o láser color, donde Xerox ya tiene producto por menos de 600 euros (la Phaser 6100 de 5 ppp en color y 21 en blanco y negro). Pero José Luis Domínguez no quiere que el boom del color haga olvidar los buenos resultados de los multifunción, que han crecido un 219 por ciento en inyección, según Lexmark. De hecho, desde Epson también se señala a estas máquinas como las protagonistas en 2003, y por segundo año consecutivo, ya que, según IDC, en el mercado español se vendieron un total de 418.000 unidades. También es interesante que en Xerox, una de las marcas con más tradición en el negocio de copiadoras, la mitad de la facturación en ventas de equipos proceda ya de la división de multifuncionales.

Lo que también es un hecho es que el segmento de láser color se ha multiplicado por tres en España, lo que le convierte en el principal dinamizador de las ventas a ojos de muchos.

El pasado año HP ponía de manifiesto el buen funcionamiento de su Plan Renove para las LaserJet, que había canalizado un gran porcentaje de las ventas de sus láser color. Desde Profit se reconoce que el efecto renovación ha cambiado también las preferencias en cuanto a la adopción de estos modelos láser color en clientes de pequeño tamaño, a pesar de que la inyección se mantiene el cabeza en cuanto a unidades vendidas. Como comenta Juan Manuel Alfonso, director de marketing de Memory Set, “muchas empresas pequeñas y profesionales autónomos que cuentan con un presupuesto para TI más reducido empiezan a renovar sus láser monocromo por impresoras color, lo que supondrá un fuerte crecimiento del mercado en este segmento. Actualmente, las máquinas láser color llegan a nuevos clientes que hasta ahora demandaban inyección; es la propia evolución del mercado”. Otros más atrevidos, como Andreu López, de Ricoh, afirman sin tapujos que los equipos inkjet tienen los días contados debido a su alto coste de impresión. De la misma opinión son en Kyocera, firma que habla de sangría económica en la compra de consumibles y relega este tipo de máquinas al mercado de consumo en un futuro.
Desde Oki, aunque se reconoce que se ha dado una cierta sustitución de tinta y láser monocromo, se especifica que el trasvase al láser color no es tan sencillo, ya que las aplicaciones y las necesidades son muy distintas. En este sentido, el director de marketing de HP Imagen e Impresión, José María Ciervo, afirma que su negocio inyección para la empresa continúa con su línea habitual de crecimiento (un 40 por ciento), aunque destaca también el avance del láser color (cien por cien). La visión de Epson indica que, a pesar del descenso ligero del mercado de inyección acontecido en 2003, el segmento natural de las láser color es la sustitución del antiguo parque de impresoras láser blanco y negro y, en menor medida, las matriciales.

Tampoco existe consenso a la hora de concluir si el valor de los consumibles se ha depreciado al igual que ha ocurrido con el del hardware. Mientras Ricoh cifra la caída en un 20 por ciento, Oki habla de un descenso del coste de impresión por página de entre un 5 y un 10 por ciento. En el caso de Xerox, el pasado mes de marzo la compañía anunciaba una bajada media del 8 por ciento en el precio de sus consumibles. De nuevo, es una cuestión de economías de escala: cuanto más amplio es el parque, más consumibles se venden y menor es el precio. Epson señala que el coste de estos productos apenas ha variado en su caso, aunque asegura que la introducción de los cartuchos independientes en la gama de impresoras de inyección de tinta ha influido en una clara reducción de los gastos en impresión. Mientras, Lexmark cree que si ha habido alguna depreciación se debe a los vaivenes de la cotización euro/dólar.

Algunos fabricantes señalan la dificultad que encuentran para que sus distribuidores se interesen por consumibles. Juan Pedro Pérez, de Oki, recuerda que “en estos años ha habido una gran tendencia al movimiento de cajas porque los márgenes eran muy estrechos y no querían invertir. Esto está cambiando y muchos están yendo a la convergencia, como ha ocurrido con los distribuidores de copiadoras que estaban tanto en la venta de máquina como en establecer una relación a largo plazo con el cliente”. En Lexmark también se reconoce este mismo problema. José Luis Domínguez explica que se topa con un canal que se queda en la venta de la máquina y no entra en la de consumibles porque implica una micrologística que no todos los resellers son capaces de afrontar.

No obstante, hay otros que sí están sabiendo sacarle partido a la tinta. Son varias ya las empresas que se dedican al reciclaje de cartuchos, lo que consideran un negocio rentable y ecológico. Cartridge World, de origen australiano, es una ellas y apoya su estructura en un modelo de franquicias. La firma asegura que hoy en día en España menos del 20 por ciento de los usuarios reciclan sus cartuchos, lo que dice mucho acerca del crecimiento que puede experimentar este incipiente negocio. Además, señala que la intención de la UE de prohibir a partir de 2006 la protección de cartuchos con el fin de promover el reciclaje juega a su favor.

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