El mercado de los beacons se doblará este año

Este tipo de sensores son una tecnología barata y que permite comunicar fácilmente con el móvil de los visitantes a un estadio, un museo o un centro comercial

Publicado el 19 May 2016

beacons

La geolocalización por GPS ha transformado la vida de las personas: permite desde localizar excursionistas perdidos en la montaña hasta saber cómo llegar con Google Maps a un restaurante. Ahora bien, una tecnología que va penetrando con fuerza en el mercado desde su llegada en 2013 es la que utiliza los beacons o ‘balizas’, emisores de señales de corto alcance por Bluetooth que ofrecen un posicionamiento de máxima precisión, sobre todo muy útil para espacios interiores (geolocalización indoor). Según el reciente comunicado de la consultora ABI Research, el mercado de esto sensores crecerá más del doble durante 2016 y se prevé en 2021 un despliegue de más de 400 millones de estos dispositivos.

Cada vez son más las organizaciones en España y en todo el mundo que se interesan por esta tecnología: grandes superficies comerciales, aeropuertos, museos, festivales y bancos, entre otros. Y es que su gran potencial reside en la aplicación para estrategias de marketing por medio de un teléfono inteligente como también para mejorar la experiencia del usuario en diferentes contextos. Lluís Villarejo, especialista en tecnología de la UOC, analiza esta tendencia.

Villarejo explica que “su uso se ha vuelto interesante para numerosas compañías porque es una tecnología barata tanto los dispositivos como su mantenimiento y porque permite conectar lugares físicos u objetos móviles con usuarios de teléfono inteligente”. El experto apunta que las ventajas de esta tecnología respecto al sistema GPS son varias: “Los beacons, en espacios cerrados, permiten saber con más precisión el posicionamiento de las personas y de ese modo pueden proporcionar con exactitud la información que puede interesar al usuario”. Eso sí, para que el beacon y el móvil conecten es necesario que el usuario se haya descargado previamente la app que la institución o la compañía ofrecen. Una vez hecho esto, la comunicación entre el beacon y el teléfono se hace por Bluetooth y se puede navegar por el contenido de la app sin consumir datos (ni roaming si se está en el extranjero).

Apple introdujo sus propios sensores en 2013, los iBeacons, capaces de comunicarse con los dispositivos que tienen sistema iOS7. Posteriormente se han apuntado al carro otras grandes plataformas como Facebook con los Facebook Bluetooth Beacons o Google con sus sensores EddyStone.

Uno de los terrenos abonados para los beacons son los aeropuertos. Según un informe de SITA, una consultora especializada en las comunicaciones del transporte aéreo y soluciones IT, en 2018 el 80 % de los aeropuertos utilizarán sensores para ofrecer a los pasajeros servicios de orientación en sus instalaciones y el 74 % para proporcionarles notificaciones. Esta tecnología ha llegado a los aeropuertos de Barcelona y Madrid y al menos a otros 10 aeropuertos del resto del mundo, entre ellos Hong Kong International Airport, Heathrow Airport, Nice Côte de Azur Airport y John F. Kennedy Airport. KLM ha sido la primera compañía aérea en utilizar estos sensores. “Los usuarios pueden saber en tiempo real, gracias a la comunicación entre los sensores desplegados en diferentes puntos del aeropuerto y el móvil, cuánto tiempo les falta para embarcar, la ruta que tienen que seguir para hacer un traslado a la siguiente puerta de embarque o recibir ofertas comerciales”, remarca Villarejo.

Muchos beacons también irán a parar a museos. El MNAC o el Museo del Prado son museos en España precursores en la exploración del uso de beacons. El visitante en algunas exposiciones ha podido recibir información personalizada y en tiempo real sobre la obra que estaba contemplando, porque el sensor situado junto al cuadro ha detectado al usuario por medio de la app del museo que previamente se ha descargado en su móvil. El Museu Metropolità d’Art (MET), el Guggenheim de Nueva York, el National Geographic o el Museo Nacional de Gales son también un ejemplo de ello. En definitiva, apunta Villarejo, “el uso de estos sensores amplia la experiencia de los visitantes y a su vez aporta valor añadido a la institución porque puede saber qué espacios y obras son más o menos concurridos: el sensor detecta el número de personas que ha pasado ante la obra y el tiempo que han estado contemplándola”.

El Anuario AC/E de cultura digital 2015 también pone como ejemplo del uso de beacons el Festival Temporada Alta (Salt) y las iniciativas internacionales como la feria de creatividad y publicidad Cannes Lions International Festival, el encuentro anual SXSW en Austin, el Coachella Music o el Bonnaroo Festival. “Su aplicación ha permitido encontrar amigos perdidos, informar en tiempo real de cambios repentinos en la programación y de los actos que tienen lugar en la zona, etc. La app también ha permitido al usuario guardar como preferida una zona porque el sensor detecta cuando ha pasado de manera prolongada y recurrente por ese espacio”, explica el especialista de la UOC.

Pero no queda ahí la cosa. También habrá desembarco de beacons en centros comerciales y supermercados. “Los centros comerciales y supermercados encuentran en esta tecnología un aliado más para las estrategias de marketing”, dice. La gran cadena americana de almacenes Macy’s ya ha experimentado con estos sensores. Sus clientes, con la app Shopkick, han podido conseguir de manera personalizada descuentos, premios, recomendaciones u ofertas. “El comercio, si pone los sensores en las carros de la compra, puede saber qué recorrido hace el cliente, en qué estanterías se ha quedado más tiempo, los pasillos más visitados y, de este modo, por ejemplo, mejorar la colocación de productos”, añade. En España una de las pioneras en probarlo es la cadena Condis y en el resto del mundo, por ejemplo, Carrefour o County Martket.

También entrarán los beacons en los clubes deportivos y en los programas de fidelización para los fans. El FC Barcelona instaló en 2015 una red de sensores de prueba en la zona del Bulevar del Camp Nou para que los visitantes que tenían la app del club pudieran recibir promociones para restaurantes del bulevar y la explanada. Por su parte, el Real Madrid el año pasado en su gira por China desplegó sensores en los estadios Guangzhou Tianhe y Shanghai, lo que permitió conectar a los seguidores y mantenerlos informados de noticias relacionadas con la gira y la oportunidad de participar en un sorteo. Equipos de baloncesto de la NBA como Sacramento Kings o los Cleveland Cavaliers también han hecho pruebas.

Y, por último, están los bancos, donde los beacons permitirán un acceso a los cajeros sin tarjeta. El banco americano Citibank es uno de los primeros en probar estos dispositivos en algunas de sus sucursales de Manhattan. “La idea es ofrecer a sus usuarios la posibilidad de acceder fuera de horas a los vestíbulos de cajeros automáticos sin tarjeta y enviar mensajes personalizados con información que puede ser útil para el cliente”, explica Villarejo. Aunque el uso de los beacons parece más incipiente entre las entidades financieras, Barclays o US Bank son algunos de los bancos que han querido explorar su potencial.

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