Ayer mismo entró en vigor la nueva directiva europea de reciclaje y reutilización de consumibles (WEEE, en sus siglas en inglés) que obliga a los fabricantes de cartuchos y tóneres a tratar como residuos electrónicos los fungibles usados y a promover su recogida, reciclaje y posible reutilización. De acuerdo a un estudio de la Unión Europea la cifra de consumibles recolectados y tratados representa menos del 30% (18% cartuchos y 25% tóneres), cuando a estas alturas debería suponer entre el 65% y el 85% del total.
El tamaño de este negocio es de 370 millones de unidades para la tinta (9.400 millones de euros) y de 135 millones de unidades para el tóner (10.200 millones de euros) en el total del conjunto europeo. Estas cifras son muy representativas del alto porcentaje de consumibles que debería gestionarse por parte de fabricantes y canal de distribución asociado.
El mercado de clónicos o consumibles compatibles mantiene una cuota próxima al 20% de total en el caso de España, una cifra muy superior al 5% de la media europea y que genera preocupación en la industria por la elevada infracción de patentes y la adición de sustancias potencialmente peligrosas que representa.
Tal y como comentaba Tiago Caldas, director de ventas para Iberia de Oki Europe Limited, esta nueva directiva tendrá una importante repercusión en la industria de impresión porque obliga a gestionar y tratar como residuos los tóneres y cartuchos. “Nosotros gestionamos el reciclaje de los consumibles de nuestros clientes desde hace años, el problema será para otros fabricantes y sobre todo para los proveedores de clónicos”.
