El chipaggedon o escasez global de procesadores está comenzando a pasar factura. De acuerdo a un informe de Wall Street Journal, algunos portátiles ya han incrementado su precio en más de 50 dólares en Estados Unidos porque los fabricantes de chips están comenzado a repercutir la subida de costes a los grandes proveedores de hardware del mercado. Este incremento está afectando tanto a portátiles como a smartphones e impresoras
Lo peor de esta circunstancia es que estos incrementos de precios podrían continuar en el futuro y afectar a un gran número de marcas y modelos. De momento uno de los equipos para gaming más demandados en Amazon, de Asustek Computer, incrementó su precio de 900 a 950 dólares en el mes de junio. En el terreno de los Chromebook, el modelo más demandado de HP también aumentó de los 220 a los 250 euros en el mes de junio.
La firma Bernstein Research ratifica la tendencia ascendente de los laptops e impresoras de HP cuyos precios aumentaron un 8% y un 20% en 2020, respectivamente. El director ejecutivo de HP, Enrique Lores, también confirmó que el desabastecimiento de chips y componentes podría estar impulsando los aumentos de los precios de los dispositivos en el futuro si continuaba manteniéndose esa presión sobre los costes.
La demanda impulsada por la pandemia y el cada vez mayor requerimiento de semiconductores en sectores como automoción confirman que el problema va para largo. Según analistas de la industria, esta situación podría alargarse de todo este año.