La declaración del estado de alarma y el duro confinamiento que le siguió supuso un repunte significativo de las ventas de tecnología en España. En la segunda quincena de marzo y las primeras semanas de abril, los mayoristas no daban abasto para servir portátiles y equipamiento para la oficina en casa. El motivo era que millones de empleados y alumnos tuvieron que empezar a hacer teletrabajo y recibir clases en remoto de un día para otro. Y para ello necesitaban equipamiento, y mucho.
En esos días, Agustín Sanchez, director general de Depau, reconocía que estaba vendiendo más producto que en Black Friday. “Durante marzo se vendió todo lo que salía de los stocks de fabricantes porque hubo una carrera desenfrenada para facilitar el teletrabajo, para que todas aquellas empresas que podían agarrarse a esta solución estuvieran activas en remoto a la mayor brevedad”, reconoce también Pedro Larrosa, director de marketing de Valorista. Las cifras de consultoras como Context o GfK también confirmaban en aquellos momentos ese fuerte repunte.
Sin embargo, por esas fechas ya había una inquietud en el canal, y era que, en una situación en que los mercados mundiales estaban paralizados por la pandemia y con las vías de comunicación internacionales también cortadas, nadie podía garantizar el suministro de equipos a corto y medio plazo. “Estamos teniendo muchos problemas de escasez de material. Se acabaron las impresoras, las webcams y los portátiles, sobre todo los modelos de gamas bajas y medias. Además, los fabricantes tampoco tienen mucho material”, reconocía Agustín Sánchez a finales de abril. De hecho, en pocas semanas el mayorista de Cartagena prácticamente había dado salida a los 23.000 portátiles que tenía en sus almacenes desde la campaña de Navidad.
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¿Calma chicha antes de la tormenta?
La pregunta es: ¿cómo está hoy el suministro en el canal y qué expectativas hay para los próximos meses? Se podría decir que el panorama es de cierta calma, aunque los problemas pueden volver a aparecer en cualquier momento. Según Antonio Valiente, responsable de endpoint solutions en Tech Data, el stock “no se ha normalizado del todo”, aunque la situación es mucho mejor que durante el trago más duro del confinamiento. Valiente asegura que hay disponibilidad de equipos, aunque, por ejemplo, los problemas de suministro de chips de Intel persisten.
Además, el directivo de Tech Data teme que lo peor esté por llegar a la vuelta del verano. En su opinión, la demanda de equipos en educación va a ser difícilmente atendida. Al fin y al cabo se trata de un sector muy necesitado de tecnología porque previsiblemente parte del tiempo los alumnos tendrán que estar en casa y tomar clases virtuales el próximo curso. Y en esa situación se encuentran los 8,2 millones de estudiantes que hay en España, según cifras del Ministerio de Educación, y también muchos cientos de millones más en todo el mundo.
De hecho, en estos meses la escasez de equipos ya se ha vivido como un conflicto íntimo en muchas familias, donde padres que teletrabajan e hijos que se conectaban al instituto se han disputado portátiles y tabletas. “La demanda de los colegios y las autoridades educativas de todo el mundo va a ser tan brutal, y no se va a poder cubrir. En España los proyectos de educación de las comunidades autónomas van a ser gigantescos, y sobre todo van a estar basados en la compra de portátiles”, recalca Valiente.
Una muestra de lo que está por venir ya la hemos visto a mediados de junio, cuando el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó un programa para distribuir nada menos que 500.000 ordenadores y tabletas en los centros educativos públicos de todo el país, con el fin de reducir la brecha digital entre los alumnos y asegurarse de que todos los estudiantes pueden acceder a las clases el próximo curso. El programa está dotado con un presupuesto de 260 millones de euros de inversión. “La incertidumbre de cómo va a ser la escuela en los próximos cursos va a seguir tirando de la demanda. Mientras que el teletrabajo había empezado a ser una práctica habitual en las empresas, con porcentajes bajos pero existentes, no sucedía lo mismo con las escuelas, donde la implantación de las TIC era muy baja”, añade Valiente.
En junio el Gobierno aprobó un programa para distribuir 500.000 ordenadores y tabletas en los colegios públicos
En esta línea, a principios de junio, José Angel Sánchez, director de marketing de Depau, confirmaba a CHANNEL PARTNER que la demanda de tecnología se mantenía alta porque “muchas familias y colegios ya están preparando una vuelta al cole que necesitará de los mismos productos que se demandan para el teletrabajo”. En Depau dan por hecho que en julio las ventas descenderán, por motivos estacionales, pero también confían en un repunte según acerque el curso escolar.
El transporte se ha encarecido
A la fuerte demanda planetaria de equipos para educación se une otro problema que lleva meses afectando a todos los sectores. Y es de un transporte y unas cadenas logísticas que no funcionan con normalidad. “Cuando en China las fábricas empezaron a producir, después del parón de la pandemia, los centros logísticos se colapsaron. Y por eso han subido los precios del transporte. Todavía falta tiempo para que las redes de distribución a nivel mundial se normalicen”, explica Antonio Valiente.
La capacidad logística en el mundo ahora mismo está sobrepasada, y por eso suben los precios, dice un mayorista
Como consecuencia, ahora es más difícil importar tecnología desde Asia, y también más caro. “Las infraestructuras logísticas son las que son y ahora hay muchos sectores compitiendo para mover sus productos por todo el mundo. Se puede afirmar que la capacidad logística en el mundo ahora mismo está sobrepasada, y por eso suben los precios”, cuenta Valiente, que asegura que el coste del transporte aéreo se ha multiplicado, y eso es un serio problema cuando los fabricantes quieren agilizar unos canales que llevan meses parados.
“Con el confinamiento, las necesidades en sanidad se dispararon y los precios del transporte se multiplicaron, sobre todo en abril y mayo”, recuerda, en la misma línea, Eduardo Moreno, director general de MCR. De hecho, para Moreno, la asignatura pendiente del sector sigue siendo el de los plazos del transporte, porque tanto la producción en las fábricas chinas como los niveles de stock han vuelto a normalizarse en gran medida. A la vuelta del verano se verá si el sector muere de éxito, por una demanda que no va a poder satisfacer, o el flujo de producto se normaliza.