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¿Qué es el derecho a reparar y cómo funciona?



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El derecho a reparar, que entrará en vigor en España antes del verano de 2026, impone varias obligaciones a los fabricantes de dispositivos y da derechos a los usuarios a la hora de mantener sus aparatos. Todo con el fin de prolongar el ciclo de vida de la tecnología

Publicado el 19 feb 2025



Reparación de un ordenador
Reparación de un ordenador

En el verano de 2024, la Unión Europea aprobó el llamado “derecho a reparar”, que fomenta las reparaciones de dispositivos eléctricos y electrónicos y promueve así su vida útil. En unos años, esta legislación estará traspuesta al marco nacional, y, mientras tanto, las empresas del sector informático deberán conocer sus implicaciones.  En este post, explicamos en qué consiste el derecho a reparar, sus puntos clave, las obligaciones que establece para los fabricantes y los beneficios para el consumidor y para la sociedad.

¿En qué consiste el derecho a reparar?

El derecho a reparar descansa en las normativas europeas que obligan a los fabricantes de cualquier tipo de dispositivo (desde teléfonos móviles a electrodomésticos) a ofrecer y facilitar un servicio de reparación y mantenimiento del aparato una vez ha concluido el periodo de garantía, en lugar de su simple reemplazo. Y que también permite a los clientes exigir estas opciones. Entre otras cosas, este derecho obliga a los proveedores a ofrecer piezas y herramientas a un precio justo, y a realizar las reparaciones en “un plazo razonable” y también a un “precio razonable” si se da el caso de que no son gratuitas.

Además, mientras que el aparato está reparándose, los consumidores tienen derecho a disponer de otro de sustitución en calidad de préstamo. En líneas generales, el derecho a reparar pretende eliminar las barreras que los fabricantes imponen, como la exclusividad en los servicios de mantenimiento, las restricciones de acceso a herramientas y componentes, y limitaciones relacionadas con el software y el firmware que gobiernan los aparatos.

Productos a los que afecta la normativa

El derecho a reparar afecta a una amplia variedad de productos entre los que se incluyen dispositivos informáticos y de electrónica de consumo, electrodomésticos o incluso herramientas de bricolaje o dispositivos médicos (dentro de ciertas limitaciones). Hablamos de lavadoras, secadoras, lavavajillas, frigoríficos, aspiradoras, monitores, ordenadores personales, tablets, teléfonos móviles y fijos, servidores, equipos de soldadura, equipos de jardinería, etc.

¿Cuándo se aprueba definitivamente el derecho a reparar? Plazos para España

El derecho a reparar fue aprobado definitivamente por el Consejo de la Unión Europea el 30 de mayo de 2024. Posteriormente, se publicó en el Diario Oficial de la Unión Europea y entró en vigor 20 días después de su publicación. Es decir, está en vigor oficialmente desde el 31 de julio de 2024

Los Estados miembros, incluidos España y otros países europeos, tienen un plazo de 24 meses a partir de la entrada en vigor para transponer la Directiva a su legislación nacional. Esto significa que la Directiva debe ser implementada en las leyes nacionales de cada país antes del 31 de julio de 2026.

La ley europea: obligaciones para los fabricantes

El llamado derecho a reparar establece sobre todo obligaciones para los fabricantes de dispositivos. El objetivo último es favorecer los procesos de reparación, en detrimento de la mera sustitución del aparato por uno nuevo.

1. Reparación gratuita o a precio razonable

Los fabricantes están obligados a reparar los productos de forma gratuita o a un precio razonable, en un tiempo también razonable. Esto aplica tanto durante el periodo de garantía como después de que esta haya expirado.

2. Piezas originales y genéricas

Los fabricantes están obligados a ofrecer piezas de repuesto originales y permitir el uso de piezas genéricas o de segunda mano. Las piezas de repuesto deben estar disponibles a precios razonables y por un periodo prolongado, incluso después de que el producto haya dejado de fabricarse.

3. Herramientas de reparación y software

Los fabricantes deben proporcionar o facilitar el acceso a herramientas especializadas necesarias para la reparación de productos. Además, las actualizaciones y herramientas de software necesarias para las reparaciones deben ser accesibles y no deben obstaculizar el proceso de reparación.

4. Información sobre las condiciones y servicios

Los fabricantes deben proporcionar información gratuita y de fácil acceso sobre los precios de las reparaciones y las condiciones de los servicios. Esto incluye detalles sobre las piezas de repuesto y las herramientas necesarias para la reparación. En este sentido, deben publicar manuales y habilitar herramientas de diagnóstico y guías de solución de problemas de manera gratuita y accesible.

5. Opción de reparación independiente

Los consumidores deben tener la opción de acudir a talleres de reparación independientes y no autorizados por el fabricante. El derecho a reparar busca revitalizar el mercado de reparaciones, promoviendo la sostenibilidad y reduciendo la obsolescencia programada.

6. No negarse a reparar

Los fabricantes no pueden negarse a reparar productos simplemente porque hayan sido reparados anteriormente por técnicos independientes.

¿Me pueden negar reparar un producto?

En principio, no. Los fabricantes no pueden negarse a reparar un producto simplemente porque haya sido reparado anteriormente por un técnico independiente o por el propio consumidor. En general, el derecho a reparar tiene como objetivo evitar que los fabricantes se nieguen a reparar productos siempre que sea posible. Sin embargo, hay algunas situaciones específicas en las que podrían negarse a reparar un producto. Estas situaciones pueden incluir:

  1. Daños extensos: Si el producto tiene daños extensos que no se pueden reparar de manera razonable o segura, el fabricante puede negarse a repararlo.
  2. Modificaciones no autorizadas: Si el producto ha sido modificado de manera significativa por el usuario o por un reparador no autorizado y esas modificaciones impiden la reparación o la vuelven insegura, el fabricante puede negarse a realizar la reparación.
  3. Productos fuera de garantía: Aunque el derecho a reparar promueve la disponibilidad de piezas de repuesto y herramientas después de la expiración de la garantía, es posible que los fabricantes no estén obligados a reparar productos que están fuera del periodo de garantía, pero deben proporcionar medios para que otros puedan hacerlo.
  4. Problemas de seguridad: Si la reparación del producto presenta riesgos de seguridad significativos, el fabricante puede negarse a repararlo.

Beneficios del derecho a reparar

El derecho a reparar tiene varias consecuencias positivas, tanto para el comprador como para la sociedad en general.

Beneficios para el comprador

Para los compradores supone en principio un ahorro económico, puesto que las reparaciones suelen ser menos costosas que comprar productos nuevos. Además, los productos reparados tienen una vida útil más larga, lo que permite a los compradores obtener más valor de su inversión inicial.

Asimismo, la normativa garantiza que los compradores tengan acceso a información gratuita sobre reparaciones, así como a piezas de repuesto y herramientas a precios razonables. En líneas generales, los consumidores tienen más control sobre sus productos y no dependen exclusivamente de los fabricantes para las reparaciones.

Beneficios para la sociedad y para el medio ambiente

Para la sociedad y para el medio ambiente, el derecho a reparar también aporta beneficios muy tangibles. Así, se reduce el fenómeno de la obsolescencia programada. Al tener acceso a reparaciones, se reduce la necesidad de reemplazar productos simplemente porque hayan dejado de funcionar después de un periodo determinado.

El derecho a reparar también contribuye a la reducción de residuos electrónicos y otros desechos, promoviendo una economía circular y sostenible. Al reparar productos en lugar de fabricarlos nuevos, se disminuye la demanda de materias primas y energía, lo que reduce la huella de carbono. También se fomentan nuevos negocios de proximidad. La demanda de servicios de reparación puede generar oportunidades de negocio para talleres y técnicos independientes, estimulando la economía local. Y, por último, el derecho a reparar puede estimular la innovación. Y es que las empresas se ven incentivadas a diseñar productos más duraderos y fáciles de reparar, promoviendo mejoras en el diseño y la manufactura.

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