A diferencia de otros productos, F-Secure nos sorprende con una interfaz excesivamente simple, sin apenas opciones de configuración, lo que redunda en una reducida adaptabilidad por parte del producto. A modo de ejemplo, las actualizaciones de los ficheros de virus se efectúan de forma automática, pero sin la posibilidad de que el usuario pueda modificar parámetro alguno.
En nuestras pruebas alcanza uno de los ratios de detección más elevados de la comparativa, aunque durante la instalación en el sistema hostil fue incapaz de identificar correctamente alguno de los ejemplares activos. En concreto, localizó el troyano y bloqueó el acceso al mismo, renombrándolo para que no se volviera a ejecutar, eso sí, sin reconocer el patógeno exacto.
La aplicación integra también un cortafuegos personal, aunque éste no justifica el elevado precio del conjunto, que se sitúa como el más caro en su categoría.