Lo primero que llama la atención de este modelo es la longitud de su objetivo, que obliga a que las dimensiones de esta cámara, orientada al usuario avanzado, sean mayores que las de la mayoría de los dispositivos analizados. No obstante, esconde unas prestaciones sobresalientes. La óptica, fabricada por la misma firma, trabaja con unos valores de distancia focal que se hallan entre los 7,8 y 46,8 mm, con un zoom óptico de seis aumentos reales. Tiene un CCD de 6,3 megapíxeles y ofrece una resolución máxima de 2.848 x 2.136 puntos.
Hay que señalar la gran riqueza que aporta al color y el buen tratamiento que realiza de la luz con el balance de blancos en modo automático. Además, no ha tenido ningún problema para enfocar el entorno de manera adecuada en un ambiente oscuro utilizando sólo el flash incluido de serie. Sin embargo, para realizar un correcto enfoque en modo macro, es preciso acudir a los ajustes internos de manera manual.
El enfoque de la imagen puede llevarse a cabo desde una rueda situada en el extremo del objetivo. Además, en el propio cuerpo están los accesos directos más básicos, de modo que no sea preciso acceder al menú en cada captura.
Como sistema de almacenamiento, incorpora una tarjeta Flash de 16 MB en el formato propietario del fabricante (xD Picture Card), aunque también ofrece una ranura adicional integrada. Por último, sorprende su sistema de alimentación, ya que no es habitual encontrar en un dispositivo de un nivel medio/alto, cuatro pilas tipo AA.
