En los años de bonanza, los españoles se acostumbraron a consumir como posesos. La gente no esperaba a agotar el ciclo de vida del producto que tuviera entre manos, bien fuera un coche, una nevera, unos zapatos o un ordenador. Con el crédito fácil, muchos no se lo pensaban y se iban a la tienda a por un equipo nuevo en cuanto el viejo empezaba a mostrar algún síntoma de agotamiento o a fallar por algún costado. Sin embargo, la crisis, el paro y la escasez de dinero han llevado a muchos a recuperar las viejas costumbres de sus padres o abuelos, cuando no éramos tan ricos ni inconscientes y remendar no era motivo para avergonzarse. El mundo de la tecnología no se ha podido mantener ajeno a esta tendencia. Si antes de la crisis se vendían en España seis millones de ordenadores al año y la tendencia al alza era la norma, este año, según IDC, solo se venderán algo más de 5 millones de equipos, y eso contando tabletas como el iPad y los muchos modelos de bajo precio que cargan Android. De hecho, según la consultora, habrá que esperar a 2014 para que las ventas recuperen el nivel precrisis. Según un estudio de intención de compra que todos los años encarga Intel, desde 2008 el porcentaje de los usuarios que aseguran que tienen planeado comprar un PC ha bajado sistemáticamente y en 2011 era una quinta parte que tres años antes. Los españoles estiran el ciclo de vida de sus equipos hasta el extremo. Microsoft asegura que en España el 40% de los equipos instalados corren sobre Windows XP, un sistema operativo que ya tiene 11 años y cuyo soporte finaliza en 2014, es decir, dentro de nada. Los agentes consultados confirman que las reparaciones están a la orden del día. Francisco José Ponce, gerente de la tienda madrileña Solutein, dice que hace unos años muchos clientes que tenían que gastarse 80 o 90 euros en reparar su equipo preferían no abandonarlos e irse al centro comercial a por uno nuevo. Hoy, sin embargo, buscan una solución en tiendas como la suya. “Antes un equipo de tres o cuatro años era viejo, hoy no es así”. Víctor Llorente, responsable de servicios de Fnac España, por cuyo servicio técnico pasan nada menos que 40.000 máquinas al año, también confirma este cambio de tendencia.
En el 40% está el límite
Llorente explica que, por término medio, los clientes van a apostar por la reparación si el precio de la misma no supera el 40% del precio de una máquina (unos 200 euros en un portátil estándar de unos 500). No lo ve tan claro Jordi Delgado, responsable del taller de portátiles de Ticnova, empresa que engloba a las cadenas Beep y PCBox. “La gente está ahora menos dispuesta a comprar”, concede, “pero la bajada de precios de los portátiles hace que la reparación, por su coste, siga siendo poco atractiva”. Por el taller que dirige Delgado pasan entre 500 y 600 equipos al mes. Son los que, porque requieren una intervención especial a nivel de electrónica, no pueden ser reparados en cualquiera de las tiendas Beep que hay en España, que reciben un total de 10.000 equipos al mes con algún desperfecto. Aunque hay reparaciones de todo tipo y para todos los gustos, se puede decir que el coste medio está entre los 50 y los 60 euros. Eso si un técnico no tiene que desplazarse a casa y, en su lugar, optamos por llevar nosotros mismos el equipo al taller. Algunas empresas ofrecen, por su parte, una tarifa plana que contempla cualquier reparación que haya que acometer en el equipo.
Trasiego de iPads remanufacturados
Cuando llevamos un PC defectuoso a una tienda, se suelen quedar con él y nos dicen que vengamos a retirarlo en el plazo de una semana o diez días. En el caso del iPad las cosas son algo distintas. Si acudimos a un Apple Store con un iPad con la pantalla rota a causa de una caída (es un de los problemas más frecuentes), Apple recoge el equipo y en su lugar nos vende (por 150 o 200 euros) otro refurbished, es decir, remanufacturado (no lleva todo nuevo pero ha sido puesto a punto por el fabricante). Eso quiere decir que el nuestro se convertirá en un refurbished y pasará al cabo del tiempo a otro cliente con similares problemas. En las tiendas de la compañía tienen incluso dispositivos de este tipo en stock y pueden hacer el cambio en el momento. También los venden directamente a clientes en busca de gangas. El comprador recibe un producto con una apariencia exterior impecable, aunque en el interior puede cargar componentes usados. El cliente tampoco debe temer por los datos, puesto que con una sincronización a través del iTunes, el dispositivo que se lleva a casa es casi el mismo.