La virtualización avanza hacia un modelo cloud

Ante la madurez de la consolidación de servidores y el lento avance del VDI, el negocio acoge con entusiasmo la fórmula de la nube como siguiente paso en su evolución.

Publicado el 13 Nov 2012

94431_76

La virtualización entró en nuestras vidas a través de la consolidación de servidores, una tecnología ya asentada que, sin embargo y pese a lo que pudiera creerse, continúa en auge en nuestro país. Así lo indica Rafael Godinez, senior solution arquitect de Red Hat. “Según nuestra experiencia no se trata de un negocio estancado, sino todo lo contrario. Es más maduro, con una mayor variedad de actores, pero sigue existiendo un interés creciente por parte de los clientes”, apunta el directivo señalando, a su vez, que su demanda se está produciendo prácticamente en todos los sectores. “La virtualización de servidores es un hecho totalmente aceptado por el mercado y prácticamente no hay empresa que no se lo haya planteado y lo haya implementado, o esté en proceso de implementación”, declara Arturo Selgas, director de marketing de Citrix en Iberia. También Emilio Paz, responsable de negocio de Windows Server y Private Cloud de Microsoft, piensa que se encuentra “en constante adopción por parte de los clientes” pero reconoce que aunque bien es cierto que buena parte de las grandes cuentas ya han virtualizado sus sistemas, “no lo es menos que hay una excelente oportunidad de negocio en la mediana y pequeña empresa”. Así pues, desde su perspectiva no pueden hablar de una suspensión del negocio en tanto en cuanto declara que en Microsoft “hemos conseguido un crecimiento de siete puntos con respecto al ejercicio anterior”. Eso sí, puntualiza: “No obstante, estamos observando una imparable evolución a un modelo cloud, lo que proporciona nuevas oportunidades a fabricantes y clientes”. De hecho, Pedro Merino, gerente de soluciones en Tecnocom, declara que estamos hablando de una operación básica en cualquier proyecto de transformación y evolución del datacenter y que es utilizada, en mayor y menor medida, por todo tipo de corporaciones e instituciones. Aunque explica que “los nuevos proyectos no están centrados en la virtualización de servidores, sino en el desarrollo de las características que esta tecnología proporciona: virtualización del CPD, del backup, alta disponibilidad, seguridad, gestión y orquestación de recursos y evolución a cloud computing”. Alejandro Solana, director técnico de VMware, especifica, por su parte, que esta industria ha madurado hasta convertirse en parte fundamental de la estrategia de TI de toda organización y que en los últimos meses, también la pyme se ha metido de lleno en este campo, tras comprobar los ahorros que supone. Además, expone que el mayor desafío al que se enfrentan desde VMware –hasta la fecha líder en este segmento- es “el de demostrar los beneficios que supone la virtualización y el cloud computing, incluso en las aplicaciones críticas, que permitan a nuestros clientes romper las inercias y el status quo en sus datacenters y sacarle el mayor partido al viaje evolutivo que supone la virtualización a una TI como servicio”. Gracias a esta fórmula de pago por uso, se puede disfrutar de las soluciones que se precisen de forma personalizada. “Hoy en día el gran reto de los directores de tecnología es conseguir una infraestructura más flexible y con los costes operativos más reducidos posibles y orientada al negocio de la corporación. Las tecnologías “cloud” han sido y serán durante los próximos años la gran apuesta tecnológica por sus ventajas en cuanto a flexibilidad en costes y capacidad, adaptadas a las necesidades cambiantes del cliente”, puntualiza.

Y es que la crisis, aunque contiene el gasto y la inversión, también estimula a buscar formas de optimizar costes y volverse más competitivo algo que promete esta tecnología en tanto en cuanto consigue que las compañías aprovechen sus recursos reubicando sistemas operativos, aplicaciones, correo o bases de datos en función de las necesidades cambiantes y no de la ubicación física de las máquinas. Alejandro Giménez, advisory technology consultant de EMC, considera que la inestabilidad económica actual no está afectando a la virtualización ya que las empresas, sean del tamaño que sean, han descubierto que se trata de una herramienta que puede ser útil para adaptarse a las necesidades de cambio impuestas por el negocio pues resulta clave para la búsqueda de la eficiencia y el ahorro de costes. Y cita como ventajas el aumento de la flexibilidad de la infraestructura, la velocidad en el despliegue de nuevos servicios, una mayor facilidad para el movimiento de información y reducción de la complejidad en la gestión.

El ralentizado salto al escritorio

Según Gartner, la virtualización del desktop crece anualmente entre un15 y un 20% y debe ser vista como el siguiente paso a la hora de invertir después de haber apostado por la consolidación de servidores. No obstante, aunque su marcha dibuja una línea ascendente, parece que el ritmo de crecimiento de estas soluciones no es tan acusado como se esperaba por analistas y consultoras lo que ha llevado a hablar, incluso, de una ralentización en su adopción por parte de los usuarios. Esta paradigmática situación se debe, como reconoce Rafael Godinez, de Red Hat, a que este modelo no sigue los mismos patrones que en materia de servidores -en lo que atañe a la estructura de costes, TCO y ROI-, provocando que las primeras asunciones de algunos clientes potenciales no se hayan visto satisfechas. “Lo que da buen resultado con la virtualización de servidores en cuanto a ahorro de costes: consolidación, maximización de uso de hardware, ahorro de licencias de software de aplicación o ahorros operativos en la flexibilidad en el despliegue, entre otros, es diferente en el caso de los escritorios”, confiesa. Los beneficios en este último se encuentran en la disminución de costes asociados a la administración de un parque disperso y extenso, en la cercanía del escritorio al backend en el CPD, en la gestión del almacenamiento de datos, en la mejora de la seguridad en la exposición de la red corporativa para el acceso desde puestos remotos y en la extensión de la vida útil del dispositivo físico. Coincide en esta apreciación el portavoz de Microsoft: “Esta lenta evolución se debe principalmente a que inicialmente no proporciona un claro ahorro de costes, que es lo que en muchas ocasiones mueve al mercado, sino que son otros los argumentos que aporta: una mayor seguridad de los PC y portátiles, el hecho de la información empresarial no viaje con el trabajador o una mejor administración de las estaciones de trabajo”. Además, en un proyecto de VDI se debe analizar cuidadosamente la situación particular del cliente. Arturo Selgas, de Citrix, hace un inciso sobre la cuestión exponiendo que las empresas, sobre todo las grandes, entienden que hablamos de una transformación de la forma de desplegar las TI, y no únicamente de la adopción de una tecnología más. “Si existe “una pequeña falta de alegría” de debe principalmente a la confusión entre VDI y virtualización de puestos de trabajo. VDI es únicamente una forma de virtualizar los puestos, y no la mejor ROI, razón por la que el despliegue se ve frenado” –y concluye: “Desde Citrix recomendamos enfrentarse a ese cambio con un análisis detenido de las necesidades de la empresa”.

Desde otro punto de vista, Susana Oti, responsable de marketing de canal de Fujitsu, estima que esta desaceleración es una cuestión de mentalización, respecto a conservar la calidad, la funcionalidad y el servicio. No obstante, esta directiva afirma que según varias consultoras, “España tendrá un crecimiento de alrededor del 12% en los próximos tres años en este segmento” y puntualiza: “Está claro que las empresas se están dando cuenta de que la virtualización es la mejor manera de conseguir flexibilidad, escalabilidad y continuidad exigidas por el rápido y cambiante mundo profesional de hoy”. En su opinión, este modelo se halla en pleno crecimiento en nuestro país y resulta sumamente atractivo para un variopinto conjunto de clientes pero sobre todo para las pymes, un mercado “que se encuentra en plena fase de consolidación y renovación a las nuevas infraestructuras virtualizadas”. Su atractivo también llega a organismos públicos y privados, del campo de la Banca y los Seguros, telecomunicaciones o de subsectores industriales.

Alejandro Solana, de VMware, igualmente cree que los CIO deben introducir progresivamente un cambio de mentalidad en los departamentos de tecnología. “La buena noticia es que el camino hacia la nube está muy definido y no es disruptivo” -y añade- “las barreras tecnológicas para alcanzar la cloud han sido eliminadas”. Es decir, que sólo falta convencer a las empresas y superar algunos obstáculos internos como los puestos de relieve por IDC en un estudio patrocinado por VMware y que hacen alusión a las barreras psicológicas para aceptar que los datos y las aplicaciones se sitúen en “otro lugar fuera de la compañía”; la confusión en los papeles que juegan los administradores de la infraestructura, que puede llevar al departamento TIC a oponerse; o la presión sobre los CIO y el personal técnico, que deben ofrecer servicios tan eficientes y rentables como los concedidos por los proveedores de servicios externos.

Igual de cara pero más segura

Se comenta que los principales inhibidores del VDI se encuentran en su precio y su falta de protección ante caídas del sistema. En cuanto al primer punto, es cierto que los costes de inversión resultan determinantes para emprender una iniciativa de estas características, de ahí la importancia de estudio inicial en profundidad que permita conocer qué es lo que el cliente realmente precisa y proponerle las alternativas tecnológicas que mejor cumplan sus exigencias. “El concepto VDI es un concepto caro, no satisface las necesidades de todos los usuarios ya que ofrece a todos ellos la misma solución. Realizar un buen análisis de las necesidades de los usuarios es la piedra que permite implantar virtualización de puestos con un ROI a corto plazo”. Asimismo, se puede añadir otro aspecto, ante la crisis, muchas organizaciones alargan el ciclo de vida de sus equipos pero con la llegada de nuevos sistemas operativos (recordemos que dentro de año y medio Windows XP dejará de ser soportado) podrían animarse a migrar. De otro lado, para subsanar el segundo escollo, en el que tiene mucho que decir el hecho de que se ha disparado el número de dispositivos móviles conectados a la red, los fabricantes trabajan por introducir políticas de seguridad como la asignación de permisos de acceso y autenticación, gestión de identidades, encriptación y sistemas DLP (Data Lost Prevention). Desde EMC indican que la virtualización se encuentra plenamente madura en cuanto a su disponibilidad, “y es, por tanto, igual o más seguras que las arquitecturas físicas”. Los entornos virtuales permiten planificar actuaciones y llevarlas a cabo sin detener la asistencia. Además, la movilidad sin parada de las aplicaciones favorece que procesos sobre la infraestructura del CPD se puedan realizar sin pérdidas de servicio. “Actualmente, el panorama ha mejorado mediante la introducción del concepto de Federación de Infraestructuras o Datacenters (VPLEX), que hace posible llevar la alta disponibilidad al siguiente escalón”, expone Alejandro Giménez. Para Pedro Merino, de Tecnocom, la seguridad y la disponibilidad son aspectos fundamentales en este negocio y argumenta que respecto a los modelos tradicionales, las soluciones de virtualización mejoran en gran medida ambos parámetros.

Aplicaciones virtualizadas

Todavía no ha terminado de asentarse el fenómeno VDI y ya se empieza a hablar de un estadio más en este negocio: la virtualización de aplicaciones. ¿Pero realmente es un estadio posterior? No, en opinión de Arturo Selgas, de Citrix, que así lo anuncia “Nuestra misión es permitir que cualquier persona pueda trabajar desde cualquier lugar, dispositivo y red, y esto se marcó como objetivo de la compañía en la fecha de su creación. La virtualización de aplicaciones es anterior a la de escritorios y ha sido la tecnología que ha permitido que más de 100 millones de usuarios a nivel mundial puedan hacerlo”. Yendo más lejos, para el portavoz de Red Hat este concepto cada vez es menos necesario puesto que hoy en día se está produciendo una creciente expansión de la oferta de aplicaciones desarrolladas para funcionar en cloud, accesibles generalmente vía navegador. El directivo de Tecnocom mantiene, a su vez, que no ve la virtualización de aplicaciones como un siguiente paso, sino como otra solución tecnológica, paralela al resto, para conseguir el mismo objetivo: tener usuarios productivos en cualquier momento, lugar y con cualquier dispositivo o tecnología de acceso. “Es, sin duda, una pieza importante ya que en muchos casos, determinados grupos de usuarios no necesitan un escritorio completo sino el acceso a determinadas aplicaciones de negocio. La virtualización de aplicaciones simplifica el modelo y aporta todas las ventajas del mismo”, corrobora. Tampoco Emilio Paz, de Microsoft, considera que esta tendencia sea exactamente el escalón ulterior puesto que en ocasiones se lleva a cabo simultáneamente a la de escritorio, “e incluso antes”, incide. En lo que respecta a VMware el futuro va más allá y se encuentra en el end-user computing: “liberar a los usuarios y a TI de más de dos décadas de computación compleja centrada en dispositivos, proporcionándoles una experiencia cloud orientando el desktop como un servicio”.

Así las cosas, parece que la virtualización sigue vigente en nuestros días siendo solicitada por empresas de diferente tamaño y sector. Incluso para la consolidación de servidores, una tecnología ya madura, todavía hay demanda en el mercado local. Otro panorama distinto dibuja el VDI al que se le augura un prometedor futuro pero que no termina de cuajar, o no lo hace al ritmo esperado. Que no resulte tan claro el ahorro de costes unido a la falta de mentalidad sobre su funcionalidad, seguridad y calidad, están frenando su adopción. Mientras tanto, el negocio empieza a florecer en lo que a aplicaciones se refiere, no ya un paso más de la industria, sino paralelo o simultáneo –e incluso anterior, como se aventuran a declara algunas voces del sector-. Sin embargo, la gran evolución se está dando en la transición hacia el modelo cloud de pago por uso, desembocando en lo que podríamos llamar la virtualización as a service. Y es que, según un estudio de IDC España, un 29% de las empresas nacionales han implantado servicios cloud, lo que supone un crecimiento del 93% respecto al año anterior. Además, la previsión al término de 2012 es que el segmento de nube pública alcance una facturación de 337 millones de euros con un incremento del 36% mientras que el de la nube privada facturaría 3.200 millones con un ascenso del 35%. De cara a 2013, la consultora apunta que el modelo cloud podría estar presente en más de la mitad de las compañías españolas (54%) aunque se anticipa una posible ralentización a corto plazo en la adopción de esta fórmula por parte de grandes organizaciones del sector financiero y público, que probablemente retrasarán sus decisiones. Otros capítulos a destacar del informe es que sigue creciendo el fenómeno IaaS en la nube pública así como el almacenamiento en este tipo de cloud. Por otra parte, se pone de relieve que en el despliegue o implantación de un servicio cloud corporativo, las empresas siguen buscando como partner principal al integrador, siendo el criterio de selección más valorado la confianza, el conocimiento del negocio y la experiencia en la resolución de problemas.

Mayoristas que venden virtualización en España

¿Qué te ha parecido este artículo?

Tu opinión es importante para nosotros.

A
Cristina Albarrán

Artículos relacionados

Artículo 1 de 4