Las empresas empiezan a remontar el vuelo. Esa es una de las conclusiones que se desprende del informe elaborado por Credito y Caución. Y es que la caída de las insolvencias judiciales (quiebras y procesos consursales) se está reduciendo de forma considerable respecto a los ejercicios álgidos de la crisis. En el primer semestre del año se registraron un total de 2.400 concursos y se espera terminar el año con menos de 4.000 procesos, toda una buena noticia teniendo en cuenta que en 2013 se iniciaron 10.000 concursos de acreedores.
Aunque el sector de empresas TI no aparece analizado de forma independiente, las áreas de servicios, alimentación/distribución y bienes de equipo experimentaron descensos superiores al 20% en el número de incidencias judiciales registradas. A pesar de esta buena evolución, el entorno de insolvencia continúa siendo frágil y complicado, marcado por el exceso de capacidad, la inactividad de la economía y las incertidumbres del entorno global. El número de quiebras empresariales aún multiplicará por cuatro las cifras previas a la crisis, donde lo habitual era registrar un millar de casos anuales.
La caída de la concursalidad se inició hace siete trimestres. En el conjunto de 2013 el número de procesos concursales se situó muy cerca de los 10.000, un dato que marcó el máximo histórico de las insolvencias judiciales en España. No obstante, el cuarto trimestre ya mostró un mejor comportamiento que los tres anteriores, situándose en valores próximos al crecimiento cero. Los datos de 2014, por debajo de los 7.000 casos, consolidaron una mejoría impulsada por la recuperación económica de la economía española.
Las quiebras empresariales han reflejado fielmente las condiciones económicas desde 2008, con importantes incrementos interanuales del 100% en 2008 y del 50% en 2009. Tras un descenso interanual en 2010, las quiebras volvieron a aumentar en 2011, 2012 y 2013, debido principalmente a la caída de la demanda interna y a la elevada presión general sobre la liquidez de las empresas, por sus limitadas opciones de financiación externa.
Los niveles de insolvencia plantearán en los próximos años muchas dificultades para la actividad comercial. Se trata de un nuevo entorno, más global y complejo, donde el aseguramiento de las operaciones comerciales es una alternativa estratégica para las empresas.