Microsoft no quiere perder definitivamente la batalla en el terreno de los smartphones, donde su Windows Phone sigue teniendo una cuota de negocio exigua si se compara con Google (Android) y Apple (iPhone). Por eso, ahora se hace definitivamente con el negocio de móviles de Nokia por 5.440 millones de euros, según ha informado la propia Microsoft en una nota. Serán 3.790 millones por el negocio de dispositivos y otros 1.650 millones por las patentes que atesora la firma finlandesa.
El movimiento responde también a la nueva línea estratégica de Microsoft, que se materializará en los próximos meses en la reorganización interna de la compañía y que primará los servicios y los dispositivos. El objetivo de Microsoft es dar una experiencia unificada y fácil a los usuarios, sin importar el aparato desde el que se conectan.
En 2011 ambas compañías estrecharon lazos comerciales, justo con la llegada del canadiense Stephen Elop a Nokia procedente de Microsoft. En ese momento, Nokia renunció a su sistema operativo Symbian para teléfonos inteligentes, y apostó totalmente por Windows Phone para sus dispositivos de gama alta Lumia.
Microsoft ha dicho que la operación concluirá a principios de 2014, una vez que los organismos de defensa de la competencia y los accionistas den el visto bueno. En ese momento, 32.000 empleados de la compañía finlandesa pasarán a trabajar para Microsoft.
Hasta cierto punto el paso de Microsoft era previsible. Además, la compañía de Seattle no es la única que en los últimos tiempos ha adquirido un fabricante de teléfonos. En 2011 Google ya adquirió la histórica Motorola. Algunos analistas han sugerido que la operación pone a Stephen Elop en la línea de sucesión de Steve Ballmer, quien había anunciado que se retirará en el plazo de un año. A partir de ahora, Nokia se centrará en su negocio de servicios y las redes, todo con el objetivo de revitalizar su alicaída acción.