Hoy se cumple una semana del gran terremoto y posterior tsunami que azotaron el noreste de Japón causando miles de pérdidas humanas y cuantiosos daños materiales. Oki ya ha enviado sus condolencias a todos los afectados por el desastre, solidarizándose con aquellos que de una forma u otra se han visto afectados por la catástrofe.   Pero la pesadilla no acabó con el seísmo ni con las olas gigantes. Ahora el problema es la crisis nuclear que se vive en la ciudad de Fukushima, cuya central nuclear tiene afectados 4 de sus seis reactores, lo que ha llevado al país nipón a una lucha contrarreloj contra el avance de la radiación.   Oki posee en esta ciudad una planta de producción donde fabrican impresoras matriciales y consumibles para el mercado japonés. La fábrica sufrió algunos daños y se vio obligada a suspender sus operaciones tras el enorme temblor. Sin embargo, desde el pasado miércoles día 16 las actividades se reanudaron de forma parcial.   Oki ha notificado que todos sus empleados están a salvo y que ninguno de ellos ha sufrido lesiones de importancia. Asimismo, la empresa sigue realizando una evaluación continua de la situación, al tiempo que examina las medidas más efectivas para una rápida recuperación a gran escala.   El mismo 11 de marzo, la multinacional creó un grupo de trabajo para la recuperación del desastre que lidera el propio presidente de Oki, Hideichi Kawasaki. Un equipo que se encargará de reunir información sobre los empleados, familiares y lugares próximos al área afectada. El objetivo es tomar las medidas necesarias para prestar apoyo a sus clientes y a la zona dañada, con el fin de comenzar la reconstrucción y el proceso de recuperación de servicios como la electricidad, el agua, el gas o los hospitales.   Po otro lado, el Grupo Kyoceratambién ha querido sumarse al apoyo de los afectados con una donación de 100 millones de yenes, unos 890.000 euros. Además, todas las empresas del grupo han comenzado a recuadar entre sus empleados donaciones que se sumarán a la realizada por la corporación.         
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