En España se venden cada año entre cuatro y cinco millones de ordenadores al año. Pues bien, alrededor de un millón siguen siendo sobremesas en sus más variadas modalidades. Además, la tendencia en los últimos tiempos confirma que el desktop recupera cierto terreno. Salvador Cayón, director de marketing de Sistemas Personales en HP, asegura que el sobremesa lleva un año y medio recuperando posiciones a paso lento.
Eso sí, en este punto hay que distinguir entre la empresa y el hogar. Se puede decir que las compañías siguen siendo fieles al viejo formato de desktop. De hecho, el año pasado, según Context, se vendieron casi 650.000 sobremesas empresariales, por 450.000 de consumo.
“La venta de desktop en la empresa está muy estable después del desplome sufrido en 2009, que fue catastrófico”, asegura Salvador Cayón, de HP. Son las compañías grandes, con parques de miles de unidades, las que más siguen apostando por el viejo formato, mientras que, cuanto más pequeña es la entidad, más suele optar por el portátil para sus empleados. Según datos de HP, en las pymes más pequeñas, las ventas de sobremesas suelen rondar el 20%, mientras que en las medianas llega al 50%. Por su parte, en las grandes corporaciones, todavía son mayoritarias las compras de sobremesas frente a las de portátiles (alrededor de un 60%).
Al contrario que los particulares y las familias, que reaccionan con cierta rapidez a las novedades, los analistas no esperan las compañías se entusiasmen con Windows 8, cuya versión profesional ha empezado a llegar a España en agosto, y con la introducción de la tercera generación de la plataforma vPro de Intel, que permite proteger mejor a los equipos, así como gestionarlos y actualizarlos en remoto. Aunque, eso sí, advierten de que la renovación de muchos sistemas es urgente. Y es que, por las dificultades económicas, muchas empresas llevan años alargando el ciclo de vida de sus PC, y todo tiene un límite.
Por su parte, los hogares hace tiempo que apostaron por la movilidad. Según Gfk, que calcula las máquinas que se venden en las tiendas de todo el país, en marzo y abril los portátiles (contado ultrabooks y netbooks) supusieron un 80% del total de las ventas, mientras que el 20% restante se repartieron entre sobremesas y torres tradicionales y los All in one, esos equipos compactos que llevan la unidad de proceso y el disco duro en la parte trasera de la pantalla.
“El comportamiento del desktop profesional está siendo un poco mejor que el del resto del mercado si nos atenemos a las cifras. Esto es así porque la mayoría de equipos se venden a la gran cuenta, que están teniendo una rebaja menor de presupuestos ya que el mayor ajuste lo iniciaron al inicio de la crisis”, explica Miguel Tormo, director comercial del mayorista MCR. Por su parte, Penélope Mantiñan, jefa de producto de Fujitsu, confía en que el sobremesa mantenga un crecimiento sostenible durante todo 2012.
En el mundo del hogar, la historia es curiosa. A pesar de que brille poco en los puntos de venta, el desktop se mantiene estable y está notando menos la crisis que otros formatos, como el netbook o miniportátil de bajo coste, que se han visto relegados por las tabletas. Esto es así porque, aunque resulte paradójico, la irrupción del iPad y las tabletas está ayudando al sobremesa a recuperar posiciones en los últimos tiempos. Hasta hace un par de años, el usuario tenía clara que su opción de compra debía ser un portátil, aunque fuera un mamotreto de 17 pulgadas. Sin embargo, con el tablet, el usuario consigue la movilidad que quiere, al tiempo que vuelve al sobremesa como núcleo informático del hogar. Y es que las tabletas requieren de constantes sincronizaciones, actualizaciones y descargas de archivos que desde un PC tradicional, bien provisto de puertos y capacidad de proceso, son más ágiles y efectivas.
Por otro lado, y aunque también suene a paradoja, el auge de la nube, esa necesidad de bajar y subir contenidos y archivos a Internet, también está haciendo que los usuarios vuelvan la vista al desktop potente, que hace de home server o home digital hub. Esto es así porque un sobremesa no tiene limitaciones de almacenamiento ni de conectividad (hoy en día casi todos los usuarios de dispositivos móviles recurren al sobremesa para sincronizar sus datos, fotos o vídeos a través de cables, Wi-Fi o Bluetooth). Las familias están volviendo al PC tradicional por la necesidad de contar con un dispositivo que centralice y reparta los contenidos al resto de equipos portátiles y de bolsillo con que cuentan (desde la tableta al netbook, pasando por el portátil de siempre, el e-reader o incluso el teléfono móvil).