Uno de los méritos de la informática de consumo ha sido el acercamiento de las redes a la vida diaria hasta convertir el uso de las redes locales en un requisito difícilmente prescindible. Aunque los dispositivos de red de área local inalámbrica (Wireless Local Area Network) empiezan a ser accesibles para el usuario doméstico, en esta sección se ha optado por un sistema menos vanguardista, pero de gran expansión en los últimos años: las cableadas Fast Ethernet, que ofrecen transferencias a 100 Mbps.
El estándar IEEE 802.3u determina sus características, así como los tres tipos de esquemas de cableado para las conexiones. El más extendido es el 100Base-TX, caracterizado por una cubierta aislante que encapsula cuatro pares de cables de cobre, trenzados de dos en dos para inhibir mejor las interferencias. Cada extremo termina con un conector RJ-45 que se enchufará a los puertos Ethernet de cada dispositivo.
Para desplegar la red será necesario usar aparatos específicos para construir los nodos de red, al menos con el cableado 100Base-TX. Para ello, se pueden usar los concentradores o hubs y los conmutadores o switches. Ambos sirven para conectar distintos segmentos de la red, enviando y recibiendo las tramas de datos que circulan a través de los puertos de conexión. Los concentradores son dispositivos tontos de reenvío de tramas. Su funcionamiento consiste en emitir las que entran por cualquier puerto a través de los demás. Los conmutadores tratan cada puerto de forma independiente. Cada trama recibida se reenvía por aquel al que está conectada la máquina destinataria, y sólo en el caso de no poder determinarla, se emite por todos. Puesto que estos dispositivos reenvían la información de forma inteligente, ayudan a reducir el tráfico y, por tanto, la velocidad de transmisión es mayor.
A la hora de decidir entre un switch o un router, habrá que considerar el número de equipos conectados. Si son menos de diez, no hay mucha diferencia, pero si se va a contar con más, se obtendrán mejoras significativas. En concreto, un router es un dispositivo que reenvía paquetes de datos entre dos o más redes. Funcionan habitualmente como pasarelas entre ellas, utilizan cabeceras y tablas de encaminamiento para determinar la mejor ruta y emplean protocolos, como ICMP, para comunicarse con otros enrutadores y determinar el mejor itinerario entre dos equipos.
Para conectar los ordenadores o impresoras físicamente a la red es necesario un adaptador Fast Ethernet para cada máquina. Una vez instalado el hardware y armado el sistema operativo con el software para controlarlo, éste ofrecerá una interfaz común para configurar las conexiones lógicas a la red.
Aparte de las ventajas de movilidad evidentes que ofrece Wi-Fi, también es una opción interesante para desplegar una LAN sin llenar las habitaciones de cables. La fórmula más extendida para hacer uso de esta tecnología es junto con una red Ethernet cableada y un punto de acceso inalámbrico que haga de puente entre ésta y la 802.11.
La teoría dice que los equipos que implementen el estándar 802.11a ofrecen un radio de alcance de 15 metros, mientras que aquellos que hacen uso de 802.11b o del 802.11g son capaces de extenderlo hasta 45 metros. El despliegue de este tipo de redes no es especialmente complicado, gracias al soporte de esta tecnología en las versiones recientes de los sistemas operativos. En la mayoría de los casos, bastará con conectar el punto de acceso a la LAN mediante el puerto Ethernet y establecer la seguridad a emplear en las comunicaciones.
Lo único que queda es configurar las conexiones de red TCP/IP de los equipos para que hagan uso de direcciones IP privadas y establezcan como puerta de enlace predeterminada la IP interna (privada) del router. Una puerta de enlace o gateway es un nodo de la red que sirve de acceso a otra, como por ejemplo Internet. Éste actúa a menudo como servidor proxy y cortafuegos. Este concepto se asocia a las funciones proporcionadas por el router y el switch.
Ejecutando un software de servidor proxy o de traducción de direcciones de red (NAT) se podrá extender la conexión a Internet a los demás equipos de nuestra LAN. Esta posibilidad se encuentra en la práctica totalidad de sistemas operativos.