COBOL, el legendario lenguaje de programación creado a finales a finales de los años 50 del siglo pasado, es hoy más importante que nunca, a pesar de su edad y de tanta modernidad posterior en el mundo tecnológico. Y, además, parece que seguirá teniendo un futuro brillante en los años por venir.
COBOL es un lenguaje de programación muy basado en el idioma inglés y que ha servido a bancos y organismos públicos de todo el mundo para construir sus aplicaciones de negocio. Está detrás de las operaciones del cajero automático, pero también de la gestión de los seguros o incluso del cálculo de las pensiones. Su nombre viene del acrónimo de COmmon Business Oriented Language. Es un lenguaje relativamente sencillo de aprender y que está pensado para ejecutar cálculos empresariales o gestionar largos inventarios.
Además, en su génesis estuvieron implicadas dos mujeres, pioneras de la programación en los Estados Unidos de los maravillosos años 50 y 60. Se trata de Mary Hawes, que cansada de trabajar con gigantescos ordenadores en la empresa Burroughs Corporation y de programar en ensamblador, se propuso dar con un lenguaje más fácil de entender. Y también de Grace Hopper, que ya tenía experiencia creando lenguajes de programación y se unió al grupo de informáticos liderado por Hawes.
Con el tiempo, el lenguaje creado por Hopper y Hawes se convirtió en uno de los más utilizados del mundo. En 1997 se estimaba que el número de líneas de código de COBOL que gobernaban sistemas informáticos en empresas de todo el mundo llegaba a los 200.000 millones. Y se sabe que gran parte del sistema bancario mundial se vendría abajo sin este lenguaje.
El problema de COBOL es que no es “sexy” y no atrae a los jóvenes programadores. Además, no se enseña en muchos sitios, puesto que en los años 80 ya empezó a verse como algo obsoleto y quedó relegado de muchos planes de estudios. Pero los desarrollos y las líneas de código de COBOL siguen ahí, necesitando que una legión de programadores las mantengan y las mejoren.
Y eso ha llevado a llamamientos públicos para atraer expertos en el viejo lenguaje, como el que hizo el gobernador de New Jersey, Phil Murphy en la primeravera de 2020, cuando equiparó la necesidad de trabajadores sanitarios para enfrentarse a la Covid-19 con la que hay de personal informático que se encargue del viejo (pero muy vivo) COBOL que se inventaron Hopper y Hawes.