Es un año muy tecnológico en Microsoft. Aunque la gran estrella en su renovación de producto es el nuevo Windows 8, que será omnipresente en los ordenadores a partir de octubre y de la próxima campaña de Navidad, la renovación también llega a la parte de servidores. Desde hoy está disponible Windows Server 2012, que releva a la versión 2008 y que Microsoft presenta como un sistema operativo “para la nube”. “Windows Server 2012 marca un antes y un después en el mundo de la infraestructura. Las compañías podrán ir más allá de la virtualización. Ahora la idea es ir a una nube privada donde los empleados sean capaces de de pedir servicios y tenerlos fácilmente y facturar por ellos”, asegura Luis Miguel García, director de la unidad de negocio de Servidores y Plataformas de Microsoft Ibérica.
En combinación con Windows Azure y System Center, el nuevo servidor facilitará a los clientes la gestión y el suministro de aplicaciones y servicios. “Windows Server 2012 permite gestionar muchos servidores como si fueran uno solo. Se reducen las horas de mantenimiento y las paradas de servicio por actualizaciones o cosas así. Además, es una plataforma más moderna para el despliegue de las apps”, enfatiza García. Según una encuesta realiza por la compañía entre 70 grandes clientes europeos, el nuevo Server reduce a la mitad las caídas planificadas de los sistemas y un 41% el tiempo de despliegue, y aporta un ahorro de 15 horas de tiempo productivo por empleado al año. Además, la herramienta proporciona acceso remoto simplificado a los empleados que lo necesiten. Desde un navegador, el usuario va a poder entrar en su intranet corporativa casi de forma automática.
Windows Server sale al mercado en cuatro versiones. Dos de ellas, Essentials y Foundation van dirigidas a la pyme, tienen funciones limitadas y no admiten virtualización (sus precios irán de 500 a casi 900 dólares). Para empresas de mayor tamaño y corporaciones, Microsoft cuenta con otras dos versiones: Datacenter y Standard, que costarán 4.809 y 882 dólares, respectivamente. La primera está dirigida a compañía con un entorno operativo muy virtualizado (de hecho, sus posibilidades de virtualización no tienen límite), mientras que la edición Standard está dirigida a clientes con menos necesidades de virtualización (admite hasta dos instancias virtuales por licencia).
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Microsoft, que no saca en esta ocasión la versión Enterprise del producto, ha reforzado la aplicación para que dé soporte hasta 640 procesadores. Además, el modelo de licenciamiento cambia ligeramente, puesto que Microsoft permite licenciar por procesador en las dos versiones de gran cuenta (antes estaba limitada a la Datacenter). Los precios (en el modelo de licencia Open) se mantienen bastante parejos a los que tenían las versiones de Windows Server 2008 R2. “Creo que al mercado le gustará el producto por el cambio de licenciamiento y por el ahorro de costes que trae aparejado”, asegura el directivo de Microsoft.
Por otra parte, Microsoft quiere poner al día a 3.500 distribuidores en España sobre las aportaciones del nuevo Windows Server 2012. Lo hará en los próximos meses a través de demos, sesiones de formación y un roadshow por cinco ciudades, además de encuentros en Madrid y Barcelona. “El objetivo es que todos los partners estén presentes alguna vez en los roadshows”, asegura Luis Miguel García. Tanto Microsoft como sus partners intentarán conquistar el exigente mercado de los hosters o ISP con un sistema operativo “optimizado para el cloud”. En España, además de Caja Laboral, Aena o Fjitsu, ya funciona con el producto Arsys, uno de los mayores proveedores de servicios de Internet del país.
