Samsung sigue dando rienda suelta a su concepto SMART. Tras los smartphones, las smart TV y los smart PC, el pasado mes de abril presentó su primera smart cámara. Más de medio año después, anuncia la disponibilidad de un segundo dispositivo que combina teléfono inteligente con equipo fotográfico. Y el resultado ha sido una solución innovadora que destaca por sus dotes de conectividad 3G y WiFi. Y es que, según un estudio elaborado por Nielsen y la firma coreana, el 50% de los usuarios de cámaras quiere compartir los contenidos, un dato que viene a corroborar la información facilitada por grandes consultoras como IDC, Gartner e Infrotrends que apuntan la necesidad de conexión que tienen los consumidores de máquinas de fotos y que auguran la incorporación de la tecnología inalámbrica de serie en este tipo de dispositivos en los próximos años.
Pero no sólo se trata de un equipo provisto de conectividad. Entre sus especificaciones puede hablarse de sistema operativo Android OS 4.1, sensor CMOS de 16 megapíxeles, zoom de 21 aumentos y gran angular de 23 milímetros. Con conector micro HDMI, para ver las instantáneas en el televisor, no permite la toma de fotos, sin embargo, en RAW aunque sí graba vídeo.
Disponible a partir del 29 de noviembre, tiene una pantalla HD de 4,8 pulgadas, consta de herramientas de edición de imágenes y su batería proporciona una autonomía relativa (en función del uso) de 360 fotografías. Su capacidad de almacenamiento es de 16 Gb, con posibilidad de ampliar por tarjeta microSD.
Su precio es de 499 euros y se comercializará a través del canal retail y también a través de todas las operadoras como terminal libre o con un contrato de tarifa de datos.
