Después del fiasco del Galaxy Note 7, y en vista también de la desaceleración de las ventas de smartphones en todo el mundo, Samsung se lanza a diversificar aún más su negocio. Y para ello ha puesto el punto de mira en el coche conectado. El grupo coreano anunció ayer su intención de adquirir la totalidad de la empresa estadounidense Harman, uno de los mayores proveedores de tecnología para el automóvil del mundo. Samsung está dispuesta a pagar 8.000 millones de dólares (unos 7.450 millones de euros) en efectivo. En concreto, Samsung ha ofrecido 112 dólares por cada acción de la firma estadounidense, lo que supone un sobreprecio de casi el 28% con respecto a la valoración de Harman del pasado viernes.
Harman facturó 7.000 millones de dólares en su último ejercicio fiscal y es proveedor de sistemas de navegación, entretenimiento, seguridad o voz. Se calcula que más de 30 millones de coches en todo el mundo de marcas como BMW, Toyota o Volkswagen cargan sus tecnologías y servicios. Está previsto que la operación, la mayor adquisición de una firma surcoreana en el extranjero, se cierre a mediados del año, tras el visto bueno de los accionistas de Harman y de Competencia. Por el momento las juntas directivas de ambas firmas están de acuerdo, por unanimidad, en seguir adelante.
Además de los fabricantes de automóviles, han demostrado gran interés en el coche conectado tecnológicas como Google, Apple o Uber. Con la compra de Harman, Samsung, una compañía poco amiga de hacer grandes adquisiciones, pone un pie en un mercado que podría superar los 100.000 millones de dólares de facturación en 2025, según los cálculos de la propia Samsung. Una vez sea una realidad la operaciòn, está previsto que Harman siga operando como filial independiente.
